Entrevista a Mariano Marzo
Conversamos con Mariano Marzo, catedrático de Recursos Energéticos en la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona, sobre el determinismo del petróleo en nuestra sociedad, así como sobre el decrecimiento.
Periodismo Humano: desde hace años se habla del “peak oil”, ¿se ha llegado ya a esa predicción de que la producción mundial de petróleo llegará a su cénit y después declinará tan rápido como creció?
Mariano Marzo: Si hablamos de petróleos convencionales, petróleos crudos sin tener en cuenta otros líquidos, la IEA (Agencia Internacional de la Energía) en su último informe de Noviembre de 2010 decía que el pico de la producción se alcanzó en 2006. Ahora mismo estamos en una larga meseta donde la producción del crudo seguirá plana.
Pero si hablamos tanto del petróleo convencional como del que no, es más complicado. No se dispone de datos fiables auditados de las reservas probables… Hay incertidumbre. Por ellos existen dos grupos : los que hablan de que ese pico llegará antes del 2030 y los que creen que no habrá problemas.
PH: ¿Cuánto más va a durar esta situación? ¿Va a perpetuarse la crisis?
M.M.: Ahora mismo estamos en lo peor. No deberíamos preocuparnos tanto por las predicciones de futuro si no por la situación compleja de si vamos a ser capaces de disminuir la demanda de forma holgada.
PH: Más que hablar de las reservas de petróleo que nos quedan, habría que hablar del flujo de la producción, de la dificultad y coste de extracción ¿no?
Exacto. No preocuparnos tanto lo del subsuelo si no de la velocidad a la que lo extraigo y lo transformo. Podemos tener un barril más o menos grande pero lo que importa es el grifo.
PH: ¿Se están tomando las medidas necesarias?
MM: No se toman medidas, son los amos del grifo los que deciden. El 25 por ciento de las reservas del petróleo están en manos de compañías estatales, y en función de intereses de países a los que éstas pertenecen decidirán. Y a la vista está que miran por sus intereses: maximizar beneficios y no que esos beneficios se puedan extender a las generaciones futuras.
PH: ¿Pero cómo se va a beneficiar a generaciones futuras si estamos agotando los recursos que ellas deberían tener en el futuro?
M.M:Efectivamente, porque eso es la excusa que dan, pero en realidad todos sospechamos que no dicen la verdad. Igual que existe un IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) de cambio climático, hace falta uno sobre producción, reservas… Hay una opacidad total en este ámbito. Los precios suben y suben y eso es porque hay mucha gente… Falta hablar de la velocidad y del precio.
PH: Cuando alguien plantea la posibilidad del fin de petróleo, es fácil que se tache de apocalíptico o anti-sistema ¿no?
M.M.:Lo que pasa es que muchas veces se plantea mal la pregunta. Si preguntas “¿se acaba el petróleo?” te contestan que hay reservas para 40 años y es cierto. El problema no es la reserva , los barriles… Hay que hablar de los riesgos técnicos que supone la extracción, de que haya menos petróleo y no se esté reponiendo, de la falta personal , de la energía neta, de los riesgos geopolíticos…
Si de un yacimiento extraemos el 30 por ciento ¿se adecuará la demanda a la oferta en un futuro inmediato?, ¿a qué precios?, ¿se podrá gestionar? Esas son las preguntas, es un error infantil hablar del fin del petróleo.
PH. ¿Cómo se responde a los que consideran que no es para tanto, que la ciencia y la tecnología solucionarán el problema?
M.M.: La tecnología lo solucionará en parte pero no llegará a tiempo.Incluso con una crisis económica brutal como la que estamos viviendo la demanda crece. Las perspectivas son preocupantes: China tiene 20 vehículos por cada mil habitantes, nosotros 500, EE.UU. 700.. Si China llega a nuestro nivel de demanda es obvio que se acentuará el problema.
PH. ¿Es la teoría del decrecimiento una solución?
M.M.: La teoría del decrecimiento es eso, una teoría. Pero la solución pasa por gestionar la demanda, por darnos cuenta de que hay límites al suministro.
Si aplicamos la teoría del decrecimiento, los ricos deberíamos ceder el protagonismo al 80 por ciento de la población mundial que no se ha estado beneficiando hasta ahora. Pero es complicado que se llegue a un acuerdo. La teoría del decrecimiento es un deseo.
P.H. ¿Cómo afectaría el decrecimiento a los países en desarrollo?, ¿se debe olvidar la deuda ecológica que se tiene con ellos y exigirles que apuesten por este decrecimiento o se debe respetar su derecho a que también crezca su PIB?
M.M.: No estamos en condiciones morales de pedirles que la apliquen. Podríamos pedirles que abandonaran su crecimiento pero eso provocaría crisis internas, revueltas…lo que tenemos que hacer es predicar con el ejemplo.
P.H. ¿Lo estamos haciendo?
M.M.: Habrá países que a día de hoy lo podrían hacer pero en España con un paro del 20 por ciento y de un 40 por ciento entre los jóvenes es complicado pedirlo.
La solución pasa por gestionar la demanda, eficiencia y ahorro. Es un cambio de hábitos de vida que empieza por uno mismo y al final va sumando. Pero es complicado, dependemos mucho del transporte. Desde una perspectiva real somos como niños, podemos avisar y teorizar pero solo se aprende con experiencias propias. Por eso,la primera cuestión para solucionar un problema es cuestionarlo correctamente, no sirven las ñoñerías, hay que darse cuenta del problema.
P.H. ¿Falta educación ambiental?
M.M.:La gente dice” petroleo no pero gasolina sí ” porque no tienen ni idea de donde viene. Hacemos planteamientos teóricos pero no queremos renunciar a las ventajas que podamos tener. Con la educación solucionaríamos parte pero no es suficiente.
P.H. El movimiento del 15M puede verse como una muestra de madurez de la sociedad, de replanteamiento de las necesidades?
M.M.: no,el 15M refleja desasosiego, indignación… pero los planteamientos no se sustentan,falta un contenido doctrinal que apoye esa indignación. Cuando los movimientos obreros o revolucionaros de principio de los años del siglo pasado había doctrinas, un ideario. Yo me preocuparía mucho de dotarme de una doctrina, como hiciera el socialismo, el anarquismo…si no, son movimientos que se disiparán a largo plazo.Es como aquello del pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad. No nos podemos permitir movimientos amables.Incluso importantes movimientos ecologistas no hablan de la realidad por si eso suena demasiado grave. Somos adultos y tenemos capacidad de raciocinio.
P.HP.:¿Falta querer escuchar?
M.M.: Falta querer admitir la realidad, no depende de percepciones psicológicas.
P.H.: José Manuel Naredo decía en Raíces económicas del deterioro ecológico y social. Más allá de los dogmas que “la pretensión de avanzar hacia un mundo social y ecológicamente más equilibrado y estable sin cuestionar las actuales tendencias expansivas de los activos financieros, los agregados monetarios y la mercantilización de la vida en general es algo tan ingenuo que roza la estupidez”. ¿Comparte esta afirmación?.
M.M.: Estoy de acuerdo, no nos damos cuenta. Podemos hacer planteamientos pero no nos damos cuenta de que es el modelo de desarrollo lo que hay que plantearse. No sé si yo hablaría de estupidez pero de que es algo naif desde luego.
P.H. Pero ese replanteamiento del modelo de desarrollo enlaza con el decrecimiento?
M.M.: Pero falta ver cómo se materializa esto sin un gobierno global y como convenzo yo a mis ciudadanos. Es muy difícil. Sólo actuaremos cuando no nos quede más remedio. Si el decrecimiento lo aceptamos voluntariamente, adelante, empiece ya con ello, pero si hay que imponerlo no será tan fácil.
Hay que concienciar a la gente de que son problemas serios, han de saber convivir con esta incertidumbre. Somos una minoría los que reflexionamos sobre ello y con eso no basta. Cuando llegue va a ser un shock a todos los niveles pero hará falta que llegue.
Hay que concienciar a la gente de que son problemas serios, han de saber convivir con esta incertidumbre. Somos una minoría los que reflexionamos sobre ello y con eso no basta. Cuando llegue va a ser un shock a todos los niveles pero hará falta que llegue.
P.H. ¿Y qué pasará en ese momento con lo países en desarrollo?
M.M.: Con la subida del precio del petróleo, el encarecimiento de los alimentos… les afectará de una forma fatal, habrá revueltas de las que no se debería olvidar el drama humano, la pérdida de vidas… Son estos países los que tienen que empezar la transformación.
P.H. Algunos autores habla de pasar directamente al post-capitalismo.
M.M. Pero postcapitalismo es una incertidumbre, no hay que quedarse en las palabras.Necesitamos mentes abiertas, actitud crítica y capacidad de entendimiento.
P.H. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? ,¿ha sido un fallo del mercado?, ¿ha tardado en avisar o no se le ha escuchado?
M.M.: No me gusta la frase “fallo del mercado” porque se habla de diferentes fallos dentro de un sistema que se da como perfecto. Es el advenimiento de un modelo socio-económico basado en el crecimiento exponencialmente ilimitado. Los economistas se han hecho los sumos sacerdotes con el beneplácito político, no se han puesto en practica dogmas científicos….
P.H. ¿Después de la crisis del petróleo puede venir la del carbón?
M.M.: Sí, Malthus se equivocó, porque se descubrieron los hidrocarburos.
Antes que quedarse sin energía se usará el carbón. EE.UU. tiene el 25 por ciento de las reservas, China e India otro 25, Rusia otro 25…enormes reservas de carbono que son contaminantes pero que se van a utilizar antes que renunciar al crecimiento. Si no firmaron el Protocolo de Kioto tampoco firmarían uno en este caso . Después de la 2ª GM se ha caído en una falta de percepción que no corresponde con el mundo físico. “The Economist” hablaba del “Antropoceno”, de la incidencia de la actividad humana. No es fallo del mercado, es el hombre el que está ocasionándolo. El impacto es brutal, son territorios desconocidos, no sabemos el qué pero algo pasará.
Estamos alterando todo falta darnos cuenta de que este modelo no funciona, pero es un modelo en el que todo el mundo tiene el sentimiento de que se está beneficiando de él.Estamos en un mundo globalizado que entra en contradicción consigo mismo si no hay una gobernanza mundial. En nuestro cerebro tenemos todavía el chip del mono desnudo que formaba parte de una tribu pero tendríamos que tener un chip planetario, de ciudadanos en el mundo.
Antes que quedarse sin energía se usará el carbón. EE.UU. tiene el 25 por ciento de las reservas, China e India otro 25, Rusia otro 25…enormes reservas de carbono que son contaminantes pero que se van a utilizar antes que renunciar al crecimiento. Si no firmaron el Protocolo de Kioto tampoco firmarían uno en este caso . Después de la 2ª GM se ha caído en una falta de percepción que no corresponde con el mundo físico. “The Economist” hablaba del “Antropoceno”, de la incidencia de la actividad humana. No es fallo del mercado, es el hombre el que está ocasionándolo. El impacto es brutal, son territorios desconocidos, no sabemos el qué pero algo pasará.
Estamos alterando todo falta darnos cuenta de que este modelo no funciona, pero es un modelo en el que todo el mundo tiene el sentimiento de que se está beneficiando de él.Estamos en un mundo globalizado que entra en contradicción consigo mismo si no hay una gobernanza mundial. En nuestro cerebro tenemos todavía el chip del mono desnudo que formaba parte de una tribu pero tendríamos que tener un chip planetario, de ciudadanos en el mundo.
Publicado en Periodismo Humano
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