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La urgencia climática de un nuevo sistema agroalimentario


La urgencia climática de un nuevo sistema agroalimentario

Publicado en Soberanía Alimentaria, biodiversidad y culturas

En Durban, Sudáfrica, ha tenido lugar una nueva cumbre del Clima lo que nos lleva a revisar ‘de un vistazo y muchas aristas’ las relaciones que se están estableciendo entre las emisiones de CO2 y la agricultura.

La agricultura industrial y sus emisiones de CO2
El sistema agroalimentario global actual, impulsado por una poderosa industria alimentaria transnacional, es responsable de cerca de la mitad de todas las emisiones de gases con efecto invernadero producidas por humanos: una cifra entre un mínimo de 44 y un máximo de 57 %. La mayoría de los estudios sitúan la contribución de las emisiones agrícolas —las emisiones producidas en los campos de cultivo— en algún punto entre el 11 y el 15 % de las emisiones globales. Sin embargo, lo que no es común que se diga es que la mayor parte de estas emisiones son generadas por las prácticas de cultivo industrial que se basan en fertilizantes químicos (con nitrógeno), maquinaria pesada que funciona con gasolina, y en operaciones industriales de crianza animal altamente concentradas que bombean a la atmósfera deshechos de metano. (..)Tampoco es frecuente que las cifras de la contribución de la agricultura tomen en cuenta los cambios en el uso del suelo y la deforestación, que son responsables de una quinta parte de las emisiones de gases con efecto invernadero. Unas 15-18% de las emisiones globales de gases con efecto invernadero son producidas por el cambio en el uso del suelo y la deforestación ocasionada por la agricultura.” (1) Añadamos a esto un 15-20% de las emisiones globales producido por el transporte, procesamiento, empacado y venta de los alimentos, y un 2-4% de los emisiones emitidos por la putrefacción de los alimentos que tiramos, y llegamos a la conclusión que el sistema alimentario global es reponsable de la mitad de las gases causantes la crisis climatica.
Agricultura campesina, una propuesta de enfriar el planeta mejorando orgánicamente el suelo
Un amplio rango de informes científicos indican que los suelos cultivados han perdido entre 30 y 75 % de su materia orgánica durante el siglo 20, mientras que los suelos que sustentan pastizales y praderas han perdido típicamente hasta el 50%. Es indudable que estas pérdidas han provocado un serio deterioro de la fertilidad y productividad de los suelos, y han contribuido a empeorar las sequías y las inundaciones. (…) Hay buenas noticias escondidas en estas devastadoras cifras. El CO2 que fue enviado a la atmósfera al maltratar y desgastar los suelos del mundo puede volverse a poner en el suelo. Lo que se requiere es un cambio en las prácticas agrícolas. Debemos alejarnos de prácticas que destruyen la materia orgánica y acercarnos a las prácticas que acumulan materia orgánica en el suelo”. (1)
Para tener una agricultura sostenible y que pueda sobrevivir a los tiempos que vendrán, es fundamental que haya gente en el medio rural. Los países occidentales tienen un modelo de agricultura industrial que expulsa a la gente del campo. Es un modelo muy intensivo en capital, pero no en mano de obra, ni en los conocimientos de la gente” (2)
El nuevo escenario requeriría un cambio radical de enfoque, apartándonos del actual modelo de agricultura industrial. Tendría que ponerse énfasis en el uso de técnicas tales como los sistemas de diversificación de cultivos, mejor integración entre la producción de cultivos y la producción animal, mayor incorporación de árboles y de vegetación silvestre, y más. Tal incremento en diversidad podría, entonces, incrementar la producción potencial, y la incorporación de materia orgánica mejoraría progresivamente la fertilidad de los suelos, creando círculos virtuosos de mayor productividad y mayor disponibilidad de materia orgánica. La capacidad del suelo para retener agua aumentaría, lo que significa que la lluvia excesiva conduciría a menores y menos intensas inundaciones y sequías. La erosión del suelo sería cada vez menos un problema. La acidez y la alcalinidad del suelo se reducirían, reduciendo o eliminando la toxicidad que se ha vuelto un problema importante en los suelos tropicales y áridos. Además, una mayor actividad biológica del suelo protegería las plantas contra las plagas y las enfermedades. Cada uno de estos efectos implica mayor productividad y como tal más materia orgánica disponible en los suelos, lo que haría posible, conforme pasaran los años, objetivos más altos en cuanto a una incorporación de materia orgánica al suelo. En el proceso, se produciría más comida.
Para lograrlo, es necesario trabajar a partir de las habilidades y la experiencia acumulada del campesinado a pequeña escala del mundo, en lugar de socavar su vida, acaparar sus tierras y expulsarlos de sus territorios, como ahora se hace.” (3)
La producción  agroecológica no se basa en recetas, como se basa la agricultura convencional  (la revolución verde está basada en productos químicos). Entre los principios de la agroecología está el reciclar nutrientes, evitar su pérdida que se aplicará de manera distinta y dicho proceso debe ser liderado por la misma familia campesina dependiendo de los principios y su realidad”. (4)
Los peligros de los acuerdos climáticos basados en recetas de mercado.
El Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y otras organizaciones están a favor de lo que ellos llaman la agricultura ‘del clima inteligente’ que se define como las formas de agricultura que son sostenibles, aumentan la productividad y resistencia a los cambios de clima, mientras que reducen y/o eliminan los gases de efecto invernadero.
La sociedad civil ha advertido sobre el peligro de convertir la producción de alimentos de África las tierras en las ‘granjas de carbono’ para que los países ricos pueden evitar hacer recortes en sus emisiones de carbono.
El Norte aún no ha hecho la reducción de emisiones necesaria, por eso quiere los nuevos mercados de carbón, para reducir sus emisiones”, dijo Helena Paul, de EcoNexus, una ONG ambientalista.
“―Hay un gran peligro para la agricultura aquí, con un potencial real para más apropiación de tierras y la expansión de los monocultivos para cosechar créditos ―dijo Paul.
“―Los gobiernos africanos ven los 144 millones de dólares en el mercado de carbono europeo y creo que esto sería una gran fuente de financiación ―dijo Teresa Anderson, de la Fundación Gaia―. Pero en realidad muy poco de este dinero, mucho menos del uno por ciento, terminó en proyectos reales.
El primer proyecto para vender créditos de carbono del suelo en África está en marcha en Kenia. Financiado por el Banco Mundial, unos 15.000 agricultores y 800 grupos de agricultores están cambiando sus prácticas para secuestar carbono por un período de 20 años.
“―Con los precios actuales, las y los agricultores recibirán sólo un dólar al año por sus esfuerzos cuando se les prometió mucho más ―dijo Anne Maina,de la Red de Biodiversidad de África en Kenia―. Solo los propietarios de grandes extensiones de tierra pueden esperar beneficios. Los grandes terratenientes,los consultores y otros expertos tendrán la mayoría del dinero”. (5)
Durbán amplifica el apartheid climático
Se salva a los mercados y no al clima. Así podríamos resumir lo que constata la recién terminada 17ª Conferencia de las Partes (COP 17) de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Durban, Sudáfrica, celebrada del 28 de noviembre al 10 de diciembre. La rápida respuesta que gobiernos e instituciones internacionales dieron al estallido de la crisis económica en 2008 rescatando bancos privados con dinero público contrasta con el inmovilismo frente al cambio climático. Aunque esto no nos debería de sorprender. Tanto en un caso como en otro ganan los mismos: los mercados y sus gobiernos cómplices.” (6)
Las decisiones resultantes de la COP17, constituyen un crimen con la humanidad -para la coalición de movimientos y organizaciones de la sociedad civil, Justicia Climática Ahora!- entre los que se encuenta La Vía Campesina. En Sudáfrica, que inspiró al mundo por la lucha liberadora de la mayoría negra del país, las naciones ricas cínicamente han creado un nuevo régimen de apartheid climático. ―Posponer una acción real hasta el 2020 es un crimen de proporciones globales ―dijo Nnimmo Bassey― Presidente de Amigos de la Tierra Internacional.
Un aumento de las temperaturas globales en 4 grados Celsios, permitido con este plan, será una sentencia de muerte para África, los Pequeños Estados Insulares, y los más pobres y vulnerables del mundo. Esta Cumbre ha amplificado el apartheid climático, en el cual el 1% más rico ha decidido el sacrificio del 99% restante.
De acuerdo a Pablo Solón, anterior líder negociador del Estado Plurinacional de Bolivia, ―es falso decir que un segundo periodo de compromiso de Kioto haya sido adoptado en Durban. La actual decisión ha sido meramente pospuesta para la siguiente COP, sin compromisos de reducciones de emisiones de los países ricos. Esto significa que el Protocolo de Kioto estará vigente hasta que sea reemplazado por un nuevo acuerdo que será inclusive más débil. (..)
Los contaminadores del mundo han bloqueado acciones reales y nuevamente han escogido sacar de apuros a los inversores y bancos, expandiendo los ya quebrados mercados de carbono, como ocurre con todas las actividades de los mercados financieros actuales, que principalmente enriquecen a unos pocos.” (7)
La fuerte influencia de las empresas contaminantes y de otros intereses empresariales y financieros en las posturas de los gobiernos, es el motivo que explica el desastroso resultado en Durban. La presión y la influencia de estos grupos de interés socavan la capacidad de la ciudadanía común de hacer que los gobiernos se responsabilicen de las medidas que toman con respecto al clima y de sus posiciones en las negociaciones de clima internacional.
“―Los gobiernos de los países desarrollados han conspirado para debilitar las normas que exigen que sus países actúen para detener el cambio climático, al tiempo que fortalecen las normas que permiten a sus multinacionales lucrar con la crisis ―afirmó Bobby Peek de Groundwork/Amigos de la Tierra Sudáfrica.”. (8)
(1), (3) GRAIN 29/09/2011 http://www.grain.org/e/4364).
(2) Marta Rivera, SINC 19/12/2011(http://www.agenciasinc.es/Entrevistas/Los-paises-occidentales-tienen-un-modelo-de-agricultura-que-expulsa-a-la-gente-del-campo).
(5) Steven Leahy, IPS 02/12/2011 http://ipsnews.net/news.asp?idnews=106079.
(7)Baserribizia,14/12/2011 (http://www.baserribizia.info/index.phpoption=com_content&view=article&id=3064&Itemid=139)
(8) Amigos de la Tierra, 14/12/2011 (http://www.sosclima.org/paquete-de-durban-catastrofe)
CUADRO DE DESPIECE.
Un nuevo peligro para el campesinado, LA AGRICULTURA INTELIGENTE
Con el ofrecimiento de mayores rendimientos en poca superficie, de ganancia de bonos extras y de una práctica de ‘labranza cero’ se quiere convencer al campesinado de que sea parte de la ‘agricultura inteligente’ ―denuncia Alberto Gómez de Vía Campesina México, en el marco de la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre el Clima (COP17), en Durban – Sudáfrica.
La trampa ―explica― es decirle al campesinado que aplique la ‘agricultura inteligente’ por la cual vas a recibir un bono porque vas a hacer un trabajo verde: capturar carbono. Pero tienes que aplicar un paquete y una matriz tecnológica con la que te vamos a ayudar a producir intensamente. Con eso va a tener una mayor producción y será aparentemente un buen negocio para el trabajador del campo, pero además si te comprometes a que tu producción de maíz o de caña de azúcar, sea continua y la dedicas al mercado de los agrocombustibles, vas a recibir un bono extra. Esa es la trampa”, sentencia Alberto Gómez.

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