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Entrevista a Evald Vestergaard

"Es fundamental escuchar a los consumidores, trabajar con ellos”

Publicada en la Ae - nº8 SEAE.

Cada vez más centros escolares ofrecen comidas ecológicas (La Rioja o Mallorca son algunos de los últimos ejemplos) pero España está muy lejos de alcanzar a países como Dinamarca, uno de los estados líderes en el consumo de alimentos ecológicos en escuelas.
Los daneses están a la cabeza en el consumo ecológico en Europa: cada habitante gasta al año 140 euros en productos de alimentación ecológica. Los alimentos que más se consumen son avena,leche, huevos y queso. En 2010, los establecimientos comerciales recaudaron 5,1 billones de DDK
(unos 680 mil millones de euros) en productos ecológicos. La leche ecológica tiene una porción de mercado del 32 por ciento en Dinamarca. A pesar que el canal por el que más se vende son los
supermercados, los canales cortos y los productos locales tienen también su peso específico.
Cifras en las que tiene mucho que ver el trabajo de la Asociación danesa sin ánimo de lucro Organic Denmark (Dinamarca Ecológica, en castellano), creada en 2002, para aglutinar a agricultores, consumidores y empresarios en favor del consumo de alimentos reuniendo el 85 por ciento de la producción ecológica en el país. 
Organic Denmark, ha conseguido recientemente que la ministra danesa de Agricultura, Pesca
y Alimentación, Mette Gjerskov, del partido socialdemócrata danés, se haya comprometido a que antes del año 2020 al menos el 60 por ciento de las materias primas en las cocinas de
gestión pública (escuelas, hospitales, comedores públicos...) sean ecológicas.

AE en Dinamarca
Eval Vestergaard

Ae ha conversado con Evald Vestergaard, agricultor ecológico y presidente de Organic Denmark, a quien contactó en el 6º Congreso Europeo de Agricultura Ecológica celebrado en Copenhague el pasado mes de abril, después de realizar el discurso de apertura. Discurso, en el que reclamó un cambio en la política alimentaria europea para ajustarla a la realidad actual. 

Los agricultores ecológicos que integran Organic Denmark están convencidos de que los agricultores europeos
pueden sobrevivir con las condiciones de mercado actuales pero que ni los bienes públicos ni el bienestar de los animales lo harán.






¿Desde cuándo es agricultor?, ¿cuándo empezó a producir en ecológico?

Soy agricultor desde hace 26 años y practicando ecológico los últimos 15. Tengo dos fincas (en un pequeño pueblo a 40 kilómetros de la ciudad danesa de Aarhus, en la península de Jutlandia) 225 ha, 700 vacas, y tenemos una pequeña parte que la dedicamos a producir queso, leche y mantequilla, que vendemos en tiendas especializadas, supermercados y restaurantes. Todo ecológico.

¿Por qué empezó a producir en ecológico?

Encontraba que muchos de los planteamientos convencionales van en contra de la naturaleza y
descubrí que los agricultores ecológicos pueden trabajar de forma responsable. Sentí que es nuestra responsabilidad, agricultores y consumidores, trabajar juntos para ver qué necesitamos en el futuro. Es importante escuchar a los consumidores, trabajar con ellos. 
La naturaleza, la tierra y los animales necesitan nuestra ayuda porque los últimos 25 años la atención se ha fijado en la productividad de la tierra, en plantar una y otra vez los mismos cultivos y estaba preocupado por las condiciones en las que esas tierras estarán en el futuro. Pienso en cómo las generaciones anteriores a las nuestras sobrevivieron sin fertilizantes químicos; ellos mantenían una relación amistosa con la naturaleza.
Mi padre y mi abuelo eran agricultores. Fui educado como agricultor convencional a principios de los 80. Luego empecé a viajar por distintos lugares para analizar diferentes tipos de granjas. Además, estudié en diferentes escuelas para saber las mejoras prácticas y técnicas para producir con animales. En 1986 empecé a trabajar en mi propia granja y en 1994 me convertí en ecológico.

¿Cómo llegó a la presidencia de Organic Denmark?

Desde que me convertí a la agricultura ecológica, en 1994, empecé a relacionarme con diferentes organizaciones de agricultores ecológicos y posteriormente fui miembro del Danish Agriculture & Food Council, una especia de cámara que agrupa a representantes de agricultores y empresas elaboradoras convencionales, que trabajan de diferente manera, pero yo pronto encontré que era demasiado difícil compaginarlo con mi manera de producir de forma ecológica, ya que no todo el mundo compartía la misma filosofía.
Me alejé de este tipo de asociaciones hasta hace cinco años cuando que empecé en Organic Denmark.

¿Qué es y qué hace exactamente Organic Denmark?

Organic Denmark, es una organización sin ánimo de lucro, es muy fuerte porque solo trabajamos en producción ecológica. Lidera el movimiento de innovación y establecimiento de normas de alta calidad y autocontrol en AE, con el fin de incrementar el conocimiento sobre la ecología entre los daneses. Nos reunimos y hablamos de qué es lo más importante para el futuro y así saber en que línea hemos de desarrollar productos, de trabajar para proteger la naturaleza y dar información a los consumidores.
Para nosotros lo fundamental es que los consumidores confíen en los productos ecológicos. Hablar con diferente tipo de público para conseguirlo, para que cada persona se pregunte qué pueda hacer para estar mejor en el futuro, para protegerte a ti, a la naturaleza, a los animales. Tú hablas con ellos, respondes a sus preguntas.
También vemos muy importante relacionarse con los políticos, conocer a cada uno de ellos. Nosotros podemos hacer que ellos trabajen para un futuro mejor para todos, algo que sus votantes van a ver, es bueno para ellos y para nosotros. Organizamos diversos eventos nacionales, donde los consumidores daneses pueden ver de cerca las fincas ecológicas y saborear el alimento ecológico. Por ejemplo, en los “días ecológicos’, se sacan las vacas a pastar en primavera, o se llevan a los mercados de cosecha en otoño.
Nuestro objetivo es incrementar el conocimiento sobre la ecología entre los daneses para aumentar la producción y venta de alimentos ecológicos en el país y también promover la exportación de esos productos.
Para ello, organizamos muchas charlas, hacemos jornadas de puertas abiertas a las fincas, organizamos eventos en otros países, en este caso para aumentar la exportación de nuestros productos... En definitiva, trabajamos en varios campos. Organic Denmark funciona también plataforma de exportación que ya es un icono de los productos ecológicos daneses. Tenemos a más de 50 empleados cualificados involucrados la comercialización y comercio exterior, las notas de prensa, haciendo incidencia (lobbying), asesorando en AE.

¿Cuál es el perfil común de la gente que integra la asociación?

Hay diferentes perfiles porque aglutinamos a tres diferentes tipos de miembros: agricultores (2.600 personas), grupos de consumidores (700) y empresas elaboradoras (130), pero todos tenemos en común la preocupación por hacer algo para mejorar el futuro. Esta mezcla de perfiles es muy importante porque tienes la oportunidad de intercambiar posturas, de hacer preguntas y de que todos luchemos por lo mismo, por la agricultura ecológica.
Para nosotros es muy importante estar cerca de los supermercados. Esto puede ser difícil pero cuando les explicas lo importante que ellos son y ves que salen de un encuentro con nosotros más
contentos que antes, sabes que ellos harán algo para el futuro. Pero no olvidamos la venta directa, el canal corto, que ha hecho posible que se conozca el alimento ecológico.

¿Cómo consiguen la confianza del consumidor en el producto ecológico?

En Dinamarca las regulaciones las hace el gobierno, la gente crece conociéndolas y eso es importante porque tiene que ver con la confianza. Es un gran proceso que se hace cada día. Tienes que explicar detalles, qué hacemos por el bienestar de los animales y cómo lo hacemos. Los niños en las guarderías se familiarizan con eso a través de fichas; tenemos dos fines de semana al año (en abril y septiembre) en el que las granjas se abren y todas las vacas están al aire libre y la gente acude allí. Eso es muy importante, el conocerlo por ellos mismos, hablar con ellos, explicarles cómo trabajamos.

¿Qué porcentaje ocupa la producción/ alimentación ecológica?

En Dinamarca contamos con unas 180.000 ha cultivadas en ecológico, más 10.000 ha en conversión, lo que representa un 7 por ciento de la superficie total cultivada. Dinamarca fue el primer país en el mundo en poner en práctica la regulación gubernamental de la producción ecológica y el control estatal efectivo de los productos alimentarios ecológicos y de los productores. Somos los que más productos ecológicos consumimos. Hablamos de que estos productos tienen una cuota de mercado del 8,1 por ciento. En los últimos tres años todos los grandes supermercados han aumentado su selección de productos ecológicos. La mayor disponibilidad, junto con la creciente demanda del consumidor, ha contribuido al crecimiento de las ventas ecológicas.

¿Cómo se comercializan los productos ecológicos en Dinamarca?

Hace muchos años atrás se vendían solo en pequeñas tiendas, sitios especializados pero desde mediados de los 90 varios supermercados decidieron que ellos también querían apostar por lo ecológico. Fue algo muy importante, una gran ayuda. Ellos tienen fuertes conexiones con los productores. Es una de las razones por las que en Dinamarca hay ese nivel de compra-venta de productos orgánicos por la estrecha colaboración entre agricultores ecológicos y el sector del comercio minorista. Si ven que es algo bueno para ellos, lo van a hacer pero los agricultores tienen que ser muy fuertes y explicar claramente sus posturas.

¿Y los agricultores daneses son fuertes?

(risas) Yo no sé si somos fuertes pero tenemos que parecerlo.

Para Organic Denmark, ¿qué significa agricultura local, venta de proximidad, canal corto?

Para nosotros es muy importante. En los últimos diez años están aumentando las granjas ecológicas que venden sus productos directamente a los consumidores que se acercan hasta allí. Hay gente
dispuesta a desplazarse lejos de la ciudad para comprar.
Nosotros ayudamos a estos agricultores, los asesoramos. En Organic Denmark tenemos un grupo de trabajo especializado en ayudarles, les damos mucha información.
También están las pequeñas tiendas que venden productos ecológicos pero ellas lo tienen más complicado porque no pueden competir con los supermercados ni con las granjas que venden directamente productos de forma más personalizada. Muchas de esas tiendas están cerrando.
Nosotros queremos que la producción ecológica avance y por ello ayudamos tanto a los agricultores que quieren vender en sus granjas como a los supermercados, porque no todo el mundo está dispuesto
a desplazarse a las granjas y aunque lo hicieran, tampoco pueden comprar todo en un mismo sitio. Hay que ir donde va la gente y eso es el supermercado.
A los supermercados les damos información sobre cómo deben colocar los productos, la información que han de transmitir a los consumidores…
Para nosotros no hay una forma de venta más importante que la otra, todas son fundamentales y todas
se han de potenciar y desarrollar. Canal corto para nosotros significa reducir los intermediarios entre el productor y el consumidor final y, en la medida de lo posible, consumir los productos lo más cerca de donde se producen. Por esa razón, hemos pedido a la Ministra que además de servir productos ecológicos en los comedores públicos, éstos sean producidos en Dinamarca siempre que sea posible.

¿Qué alimentos ecológicos se consumen más y qué parte se venden en canales cortos?

Poco más de un 10 por ciento se venden en mercados en las mismas fincas. En Dinamarca, más del 50 por ciento de los productos ecológicos se venden en supermercados e hipermercados.
Los alimentos ecológicos que más se venden son los copos de avena, tienen una cuota de mercado del 35,9 por ciento, y la leche, con una cuota de mercado del 34,8 por ciento.
De una forma u otra los consumidores quieren, cada vez más, conocer todo sobre el producto, quién lo vende y cómo lo ha producido por eso es tan importante trabajar con los consumidores.
En los 80 se vendían solo algunos vegetales y leche, pero en los 90 se empezó a ampliar la oferta. Grandes compañías como Arla, los más grandes productores en el mundo de productos lácteos empezaron a desarrollar productos y ayudaron mucho porque dieron a los agricultores ecológicos hasta un 50 por ciento de dinero más por adelantado por la leche uno o dos años, hasta que el mercado fuera lo suficientemente fuerte. Muchos agricultores necesitaban la ayuda de grandes empresas para desarrollar productos. Desde entonces, hemos visto como crece el consumo de los alimentos ecológicos. Esperamos seguir creciendo también con la carne pero es más difícil porque su producción es más cara.

¿Cómo consiguieron convencer al Ministerio danés de Alimentación, Agricultura y Pesca, para que se haya comprometido a que al menos el 60 de las materias primas en las cocinas de gestión pública sean ecológicas?

Estamos muy contentos de ello. Ha sido un proceso largo. Es algo en lo que hemos estado trabajando los últimos dos años. Nos reunimos con los diferentes partidos políticos porque cuando están en la oposición prometen muchas más cosas. Ahora tenemos que trabajar con las cocinas, con las pequeñas comunidades. Estamos teniendo muy buena relación, por ejemplo con una asociación de 600 de cocineros que están muy interesados en trabajar en ese sentido.
Ellos no se sienten felices de trabajar tanto con tijeras (para abrir los plásticos en los que vienen los productos), quieren cambiar a volver trabajar con las manos. Nos preguntan cómo hacerlo, están ilusionados con el cambio.

¿En qué consiste el acuerdo?

En los presupuestos del gobierno se han reservado 72 millones de DDK (unos 960 mil euros) para ello, para que en las cocinas públicas se usen más productos ecológicos.
La conversión a ecológico implica la reorganización de las tierras, comprar productos de temporada y consumir menos carne y más vegetales.
Nosotros tenemos que dar mucha información para que se tomen las decisiones correctas para productores y consumidores.
En los últimos 35-50 años hemos estado comiendo cada vez más carne y eso no es muy sano. Hay que hacer nuevas recetas con más verduras, dar información a los cocineros, ideas para que lo puedan hacer sin que eso suponga un encarecimiento en los costes. En muchos sitios pueden que estén nerviosos por qué no saben qué hacer. Aunque cueste creerlo, hay muchos cocineros que saben hacer platos que resultan muy interesantes pero que no saben nada de la procedencia de esos alimentos con los que trabajan. Tenemos un concepto danés que viene de los 80 que dice “de la granja a la mesa”, me refiero a la trazabilidad que ha dado lugar a normas más estrictas y más detalladas, a una alimentación ecológica para los animales. Desde junio de 2006 todo el forraje de rumiantes de origen agrícola tiene que ser producido de forma ecológica. 

Habla de que un importante punto del acuerdo es comer menos carne pero en Dinamarca tienen muchos ganaderos que crían cerdos, ¿cómo han reaccionado?

Ellos reaccionaron mal porque no están de acuerdo. Pero, ¿cómo puede ser que un país tan pequeño como el nuestro produzca 26 millones de cerdos?, hemos de producir menos cerdos y tener una mejor balanza. El 85 por ciento de nuestras tierras se dedican a producir alimentos para cerdos, eso complica todo porque, entre otra cosas, encarece mucho el precio de la tierra. Si en otros países quieren más carne de cerdo que se la produzcan ellos. Nosotros importamos muchas proteínas de otros países como Brasil... y eso implica importar también fertilizantes y productos químicos. Tenemos que tener un mejor balance entre producción y naturaleza porque cuando produces tantos animales pierdes mucha energía.
Solo queremos que las próximas generaciones de ganaderos sepan cómo producir de otra forma. Tenemos que proteger nuestra agua potable, nuestra naturaleza, nuestra biodiversidad y para eso hay que tomar medidas. Estamos perdiendo muchas tierras en Dinamarca porque se está produciendo
de una forma incorrecta. Es nuestra responsabilidad cambiar de dirección. El momento es ahora. Caminar para que en el año 2020 se haya conseguido.

¿Qué supone este acuerdo para el desarrollo de la agricultura ecológica en Dinamarca?. ¿Cómo lo llevarán a cabo en invierno?

Supone un gran apoyo al sector pero también una mayor flexibilidad. Hasta ahora la regulación se ha centrado en la productividad, en producir cada vez más pero hay que producir pensando en en la naturaleza, el bienestar animal, la biodiversidad. Creo que es más interesante centrarse menos en exportar carne y más en que el sistema energético recircule mejor. En invierno, cuando por el frío no podemos producir alimentos, importaremos hortalizas de países como España. En Escandinavia había tradición de producir alimentos en el suelo, como las patatas, y es algo que hemos de recuperar para tener más oferta que exportar e importar en invierno productos frescos de países como España.

¿Piensa que un acuerdo similar es posible en España?

¿Por qué no?. La población que esté interesada en caminar en este camino tienen que trabajar en ese sentido. Si mañana vas directamente a tus políticos y les dices “es muy buena idea, podemos hacer aquí lo mismo” será un gran error. Hay que empezar poniendo sobre la mesa todas las cosas positivas que ello conlleva: mejor alimentos, menos antibióticos... Dar esa información positiva durante mucho tiempo y luego ya empezar a hablar de cómo conseguir eso juntos. Claro que puede ser posible en España pero lleva tiempo, años, que los políticos, lo lobbies tengan esa información. Son muchos encuentros los que hay que tener. Se lo tienes que mostrar con argumentos positivos, como una tarta y cuando la quieran comer se sentirán cómodos para abordar el cómo conseguirlo. Tienen que sentir que pueden hacer algo útil para sus votantes. La Unión Europea y los Estados Unidos han firmado un acuerdo sobre el comercio transatlántico de productos ecológicos.

¿Cuál es su opinión sobre ello?

El problema principal es que los políticos siguen pensando en pagar por hectáreas y entonces no van a investigar en producir algo distinto. Cuando tienes hectáreas tienes la posibilidad de producir otros productos que se venderán en el mercado. Se venderán los mejores. Lo que hay que hacer es pagar por los bienes públicos por qué ¿quién está defendiendo el agua, la naturaleza? Nadie, porque es el precio en el mercado el que decide lo que se produce y lo que más se produce son los
productos más baratos. Hay que dar más espacio a los animales, preocuparse por ellos, tener mejor establos... hay que ayudar a los ganaderos. Y regular en ese sentido. Si pagas por hectáreas la tierra cada vez será más cara y eso es una idea estúpida porque la tierra no debería ser para especular si no para producir alimentos para ti, para mi, para todos.
El acuerdo abre nuevas puertas para los productos ecológicos, sobre todo en los EE.UU. pero es un acuerdo que se ha de revisar y ajustar cada año.

Y según usted, ¿cuáles son los puntos más importantes del 6º Congreso Europeo de Agricultura Ecológica que recientemente inauguró?

El ponente holandés que habló, evidenció la importancia de no perder la confianza de los consumidores. La distancia entre agricultores y consumidores ha sido muy grande en los últimos 25-30 años. La conexión tiene que ser mejor, los productores tienen que darse cuenta de la importancia
de haya confianza mutua y no preocuparse tanto de las reglas y regulaciones.
Si los consumidores no te conocen van a creer lo que digan los políticos.
Hay mucha gente que compra directamente de las granjas porque conoce a los productores. Por ejemplo, mi granja está abierta siempre para quien quiera venir, público, periodistas, quien sea. Yo les enseñaré lo que hago. No es tan importante que se lleven productos como mantener conversación con ellos, despejar dudas.

En la inauguración del 6º Congreso Europeo de Agricultura Ecológica, usted ha dicho en relación al dossier sobre la regulación de la UE en producción ecológica, editado por el Grupo IFOAM EU que “este tipo de iniciativas permite lograr un desarrollo continuo, dinámico de la agricultura ecológica con respecto a sus objetivos y principios, dando la posibilidad a los Estados miembros para aplicar las normas que van incluso más allá del compromiso europeo”. ¿Nos puede ampliar esto?

Sí, en este 6º Congreso también se resaltó la necesidad de que la política alimentaria europea se ha de cambiar, se ha de ajustar a la realidad. El desarrollo del mercado es clave para el crecimiento de la agricultura ecológica. Se necesita un enfoque coherente para hacer frente a los desafíos como son el cambio climático, la erosión, la biodiversidad y los residuos químicos en los alimentos y en el agua.. Es necesaria mayor flexibilidad en las regulaciones para adaptarnos a las distintas situaciones.

¿Y cuál es su opinión sobre la PAC del futuro y su apoyo a la AE?

Para avanzar hacia un futuro más “verde” en nuestros sistemas agroalimentarios, se requiere un cambio sustancial en el marco global actual de la Política Agraria Comunitaria (PAC), el justo para que esta PAC permita desarrollar los mercados de productos ecológicos. La base de un cambio real se reconoce cuando una agricultura sostenible desde un enfoque medioambiental, se transforma en una agricultura sostenible en lo económico.
Por lo tanto, los pagos al productor de la PAC, deben reenfocarse y pasar de estar orientados a la producción de alimentos, hacia la producción de bienes públicos para todos.

Para finalizar, ¿podría dar algún consejo a los lectores de nuestra revista?

Trabajar conjuntos de forma positiva; organizarse para tener poder e influencia; conocer el mercado y el consumidor; preguntarse cuál es el siguiente paso y cómo desarrollarlo, cómo poder ser un productor más competente para las empresas intermediarias. Hay que ganarse su confianza.
Nosotros no decimos que seamos los mejores solo intentamos hacerlo mejor posible, dar información positiva de cara a un mercado que esperemos que cada vez sea más agroecológico. 

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