Felipe Agustín Esteve
Albacete
Felipe Agustín |
Y es que Felipe sabe lo que es sufrir las consecuencias de los transgénicos. En 2007, sembró semillas de maíz certificado ecológico pero cuando escuchó hablar de los transgénicos empezó a preocuparse por si se le habían contaminado las parcelas más cercanas. No se lo pensó: tomó una muestra de su cosecha y la mandó analizar. ”Cuando tengo dudas de algo, analizo. No iba a arriesgarme a meterlo en el mercado porque supone unos costes muy grandes: analizarlo y si sale positivo, hacer un contra análisis, retirar la mercancía…con el coste que eso lleva”. Los resultados confirmaron su sospecha: su semilla tenía presencia del maíz transgénico MON 810. “Lo desvié al mercado convencional y claro, gente que estaba esperando este maíz no pudo conseguirlo y tuvo problemas para conseguir maíz ecológico”.
A día de hoy, Felipe ha optado por no cultivar maíz para no sufrir la contaminación transgénica. “Yo estoy en una zona de maíz, y apenas a 500 metros tengo un maíz que es transgénico . Y ese maíz cuando llegue la fecha de cosecha se va llevar a un secadero donde no se va a poder separar el transgénico del que no lo es. Cultivar maíz ecológico es imposible, si estamos rodeados de transgénicos… Lo que se está haciendo es meter todo en la cadena alimenticia sin ningún tipo de etiquetado. La coexistencia no es posible, hablamos de polen no de plomo”, afirma con rotundidad Esteve.
Su relación con la agricultura empezó hace casi 30 años, cuando su padre cayó enfermo y empezó a ayudarle a llevar las tierras. Desde el fallecimiento de su progenitor, es él el que gestiona las 16, 5 ha que tiene en su finca de Aguas Nuevas (municipio de Albacete). Principalmente produce ajo aunque para la rotación también hace algo de cereal. “Lo distribuyo como puedo pero la mayoría es para exportar”. Fue en 1998 cuando empezó a cultivar en ecológico “Las tierras que tengo son muy malas. Empecé a hacer rotación de cultivo, a enterrar las pajas…pero lo hacía por intuición. No fue hasta que la que era entonces mi pareja me introdujo en la AE, cuando me di cuenta de de que, en cierto modo, la AE era la la explicación a lo que yo estaba haciendo”.
Ahora, este agricultor ecológico, más que apoyos, lo que pide a la Administración es que prohíba los transgénicos. “Están jugando con millones de años de herencia que nos estamos cargando de golpe y porrazo. Se debería actuar con precaución. Antes de lanzar algo al mercado, tienen que pasar muchos años de experimentación para que pueda haber una seguridad real, porque si ahora mismo está afectando por ejemplo a la polinización de las abejas o a algún tipo de hormona nuestra… van a pasar décadas hasta que se llegue a detectar.”
Estas dificultades junto a la falta de conocimiento del consumidor sobre lo que come, hace que Felipe sea pesimista respecto al futuro. Cree que es necesario un cambio cultural para incrementar el consumo de productos ecológicos. “En los países del norte de Europa, utilizan el tiempo de forma distinta y tal vez por el clima, dedican más tiempo a la lectura y por ello están más informados de las cualidades y beneficios de los productos ecológicos. Aquí nos falta mucho. Lo veo muy negro”. El sentirse bien a nivel personal es lo que le anima a seguir. “Sientes que estás haciendo algo más ético. Saber que estás envenenando a alguien y no tomar ningún tipo de medida, es hipócrita.”
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