Luci García
Camoca, Asturias
Publicado en la Revista Ae13
Luci García |
Hizo algunos cursos de agricultura, y su pareja, que participa activamente en CADAE (Coordinadora Asturiana de Agricultura Ecológica) y SEAE,y se dedica a la investigación agraria, le proporciona una valiosa información y colaboración. Su primera actividad en la AE fue en 1990 con un vivero de frutales en un terreno alquilado algo distante, sin posibilidad de riego. Por eso empezaron a buscar tierra: “No fue fácil porque la tierra aquí es minifundio y es difícil adquirirla a precios razonables pero conseguimos reunir tres ha, juntando varias parcelas de diferentes propietarios”. En Camoca, pusieron en marcha la “Quinta El Verxel”, con la construcción de una casa de bioconstrucción y bioclimática (“nos parecían también muy importantes las condiciones de nuestro habitat”); una parte está dedicada al alojamiento rural “para compartir experiencias con personas que tengan las ganas o la necesidad de vivir unos días en el campo”. La casa está integrada en una de las fincas y rodeada de árboles frutales variados. De las cuatro ha que gestionan, (una de ellas alquilada) dos son frutales (manzano de sidra, de mesa, kiwi, ciruelo, cereza, higos, arándanos y otros pequeños frutos, avellanas…) y una es superficie forestal.
Luci explica que cuando la producción comenzó a llegar también empezaron las dificultades de producir y comercializar a la vez: comprobaron la ausencia de canales de distribución. Se implicaron en un proyecto de desarrollo PRODER II, “REPLANTA”, ejecutado entre el Servicio de Investigación y Desarrollo Agroalimentario asturiano (SERIDA), la Mancomunidad de la Comarca de la Sidra y CADAE, para impulsar y favorecer la diversificación de la producción agraria en la comarca motivando a agricultores de la zona interesados en agruparse. Para ello, organizaron visitas a cooperativas y diferentes experiencias agrarias, tanto en el Valle del Jerte (Cáceres), con la cereza, como en el Bierzo (León), con la castaña, y en los Pueblos Blancos de Cádiz, a ver la cooperativa ecológica La Verde y la de Pueblos Blancos. En 2008 se creó una agrupación de agricultores ecológicos (embrión de la cooperativa de productos ecológicos AGRECOASTUR, formada en 2009), para constituir un canal de comercialización que permitiera dar salida a sus productos, entre los que destaca la manzana de sidra y el kiwi. “En la región hay gente que está haciendo sidra ecológica pero queríamos un producto que consumiera todo el mundo y nos decidimos a hacer zumo ecológico de manzana de sidra, que al estar elaborado con variedades locales es rico en vitaminas y posee un elevado poder antioxidante, además de un destacado sabor. También elaboramos dulce de manzana, mermeladas de diversas frutas, tomate triturado y en salsa, y estamos empezando a hacer vinagre de manzana. Potenciamos la diversificación”.
Están convencidos de que saldrán adelante porque creen en lo que hacen, pero reconoce que, aunque se están abriendo hueco, la tarea no es fácil: “La principal dificultad es darse a conocer. Apostamos principalmente por los canales cortos de comercialización, buscamos la proximidad y la transparencia hacia el consumidor.” Venden en la cooperativa, donde tienen una pequeña tienda, a grupos de consumidores, a pequeñas tiendas especializadas, en ferias…y además hacen una gran apuesta por incorporar el producto ecológico en los comedores escolares, “para que los niños conozcan la importancia de su alimentación y disfruten los sabores de verdad”.
Luci cree que las dificultades serían menores si al consumidor se le ofreciera una información mucho más veraz sobre las realidad de los productos que consumen, los efectos en su salud, y las consecuencias medioambientales que conllevan los modelos de producción convencionales intensivos y contaminantes.
Aún así, ve imparable el crecimiento de la AE: “La gente cada vez está más cansada de ser utilizada por la gran agroindustria que deforma la información en su beneficio económico. Las administraciones deberían actuar de modo responsable y apostar enérgicamente por una información veraz, porque los alimentos que se comercializan sean de calidad y saludables y dejen de ser cómplices de la especulación alimentaria”.
Se muestra contenta con la vida que lleva, dedicándose a la AE, algo que le reconforta y satisface cada día. “Pensar que hago las cosas de un modo responsable y respetuoso, aunque con posibles fallos como todo el mundo, me hace sentir que vale la pena”, expresa. Por eso, quiere transmitir esas ganas al resto de productores/as ecológicos/ as: “Hay que seguir trabajando, transmitir loque nosotros tenemos claro y que se vaya uniendo más gente para que de verdad sea posible un cambio más general. Para ello, en las escuelas e institutos…es necesario que haya una formación y que se conozca de un modo más global y profundo la importancia que tiene el cómo hacemos las cosas. ¡Todos podemos contribuir para vivir de una forma más digna... y sana!”.
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