Entrevista a Josie Riffaud

“En todas partes los jóvenes se están dando cuenta de que es mejor vivir en contacto con la naturaleza”

Entrevista publicada en la Revista Ae13

Josie Riffaud

Campesina de Gironde (Francia). Involucrada desde hace trece años a la Confederación Campesina. Fue miembro de su Comité Nacional entre los años 2002 y 2011 y miembro del Comité Internacional de VíaCampesina desde 2004.La Vía Campesina es el movimiento internacional que agrupa a millones de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, pueblos sin tierra, indígenas, migrantes y trabajadores agrícolas de todo el mundo. Comprende en torno a 150 organizaciones locales y nacionales en 70 países de África,Asia, Europa y América. En total, representa a alrededor de 200 millones de campesinos ycampesinas. El movimiento defiende la agricultura sostenible a pequeña escala como un modo depromover la justicia social y la dignidad.

JOSIE RIFFAUD

¿Cómo empezó su relación con la agricultura?

Mis padres, aunque no son campesinos nos criaron en el respeto a la agricultura y las flores. Me licencié en Sociología y Etnología en la Universidad de Bordeaux (Francia) pero siempre he sido una mujer a la que le gusta estar en el campo. Para mí era imposible imaginarme trabajando dentro de una oficina. Poco a poco me convertí en campesina. Empecé a raíz de enamorarme de un agricultor. Él cultivaba uva para hacer vino. En 1986 me quedé embarazada y comencé a cultivar flores que vendía en los mercados. Cuando mi tercer hijo cumplió 10 años, decidí que ya era el momento de involucrarme en
algún movimiento/sindicato y aposté por la Confédération Paysanne (Confederación Campesina).

¿Por qué se decidió por este movimiento?

Siempre tuve inquietud por los temas políticos y sociales. Me interesan los temas relacionados con la globalización. Veía todo lo que pasaba en el mundo y supe que era el momento de involucrarme con ellos. Fue una época muy excitante. Entendí pronto que su postura en temas internacionales se acercaba mucho a lo que yo había estudiado y tuve la oportunidad de pertenecer a la organización internacional de Vía Campesina en 2004.

¿Qué piensa Vía Campesina de la agroecología?

Para nosotros es la mejor, por supuesto. Es un gran objetivo caminar en ese sentido pero desafortunadamente nuestros miembros no son agricultores ecológicos. Yo, particularmente sí lo soy. Flores, plantas aromáticas, huevos…todo lo cultivo de forma ecológica y lo vendo en mercados y también con AMAP (Asociación por el Mantenimiento de la Agricultura Campesina; un modelo de asociación entre pequeños productores agrícolas y consumidores que surgió en Francia en 2001). Cuando hablo de agroecología hablo por supuesto de producción ecológica pero también de respeto social, de un modo de vida.

¿Cuándo empezó Vía Campesina a apostar por la agroecología?

Nosotros defendemos la paz y la agricultura y luchamos en contra de la agricultura industrial. Apostar por la agroecología no es lo mismo si estás en América del Sur, en África, Asia o Europa. Pero en general, cuando hablamos de agricultura campesina y sostenible, estamos muy cerca de la agroecología en el sentido social y técnico. Estamos en contra de OMG, pesticidas…pero preferimos incluir que excluir. Es decir, aceptamos que hay gente que no trabaja en ecológico pero les explicamos que podría ser mejor si lo hicieran.

¿Cuál es el principal peligro que acecha a los agricultores y al tipo de agricultura que defienden?

Cuando luchamos contra los OMG luchamos contra las grandes compañías que es para los que están pensados. Nuestra lucha principal es mantener a los campesinos en la tierra, luchar contra la agricultura industrial. En 2008, en la conferencia que celebramos en Maputo (Mozambique) dejamos claro que nuestro principal peligro son las grandes corporaciones, las compañías trasnacionales.
Nos preocupa mucho el cambio climático. Tenemos propuestas para el descenso de temperatura y el papel de los agricultores es muy importante en ello.

Se cumplen 20 años de la fundación del movimiento, ¿cuál ha sido su evolución?

Ha sido grande. Ahora hay muchos campesinos involucrados. Es importante resaltar el número de campesinos africanos dentro del movimiento.Hemos conseguido que la población rural esté en el centro de movimientos internacionales, que los campesinos estén en el frente en todas partes luchando por la agricultura, contra el cambio climático…Somos la alternativa. Al principio no estaba claro. Vía Campesina decidió que tenía que hablar por ella misma y no en boca de ninguna ONG, hemos de trabajar unidos pero es una locura permitir que ellos hablen por nosotros.

Coincidiendo con el 20 aniversario del movimiento, del 6 al 13 de junio celebraron en Yakarta (Indonesia) la VI Conferencia Internacional de La Vía Campesina. En ella participaron más de 500 campesinos y campesinas procedentes de 70 países de todos los continentes. ¿Cuál ha sido el balance?

Muy bueno. Fue muy importante estar todos juntos para debatir qué está pasando en el mundo y darnos fuerza para seguir trabajando. Lo más importante es ver que todos juntos podemos encontrar soluciones. Hablamos de cambio climático, naturaleza, el papel de las mujeres, de los jóvenes, de paz…

Durante los días 8 y 9 de junio se celebró la III Asamblea de Jóvenes de La Vía Campesina y doscientos jóvenes campesinos compartieron experiencias. ¿Cuál es la realidad de la juventud campesina?

Hay jóvenes que trabajan en la tierra de sus padres, otros como en Suiza, trabajan en comunidades, otros quieren convertirse en agricultores y se unen a asociaciones…
Es importante dar un espacio específico a las mujeres y a los jóvenes para hablar de qué necesitan exactamente y cuál puede ser su rol en el movimiento.

¿Hay más jóvenes ahora en el campo?

Sí, pero el problema es que el acceso a la tierra no es fácil. Es una de nuestras grandes luchas, el acceso a la tierra y una reforma agraria integral.

¿Cómo ve el relevo generacional en la agricultura en estos momentos? En Francia, ¿ha aumentado la incorporación de jóvenes a las fincas de sus padres?

Sí pero muchos otros jóvenes han crecido en la ciudad y quieren irse a vivir al campo. No creo que sea solo
por la crisis económica sino por la crisis de civilización. Muchos jóvenes han ido a la universidad y pueden encontrar trabajo pero se están dando cuenta que ese modo de vida no les interesa y quieren dejar la vida urbana para vivir otras experiencias. No solo en Francia, no solo en Europa, en todas partes los jóvenes se están dando cuenta de que es mejor vivir en contacto con la naturaleza.

¿Cuáles son sus propuestas para garantizar tanto el relevo generacional como la apuesta por el campo en general de los jóvenes?

Necesitamos muchos campesinos. Los jóvenes tienen que poder elegir si quieren estar o no en la agricultura y para los que quieren, hemos de encontrar soluciones. Se ha de conseguir el acceso a la tierra. Es importante la postura de los consumidores, de los ciudadanos en general: tienen que defender los alimentos sanos.

¿Por qué piensa que es importante trabajar para el cambio social, por un retorno a la tierra, a la producción agroecológica?

Es una crisis de la civilización. No es posible continuar como hasta ahora. Es muy dramático ver todo lo que está pasando, que haya gente cada vez más rica y otra cada vez más pobre. Vía Campesina tiene una visión anticapitalista, antiimperialista… No podemos hablar solo de aspectos económicos, sociales, ambientales… Todo está relacionado. Pero no es una utopía el cambio, una utopía es continuar como ahora. No es posible. El planeta va a explotar. Para los activistas europeos es muy importante darse cuenta del problema del cambio climático y de que  hay que encontrar soluciones. Nosotros, como europeos hemos de mostrar esta problemática.

Y mostrar que la agricultura ecológica puede mitigar los efectos del cambio climático, ¿no?

Por supuesto. En la conferencia de Bali (Indonesia, 2007) hablamos de ello, de cómo la soberanía alimentaria puede enfriar el clima, del papel de la agricultura campesina sustentable como forma de lucha contra el cambio climático, de que los campesinos somos parte de la solución al calentamiento global.

Por último, ¿qué mensaje daría a los/las lectores/as de la Revista, mucho/as de ellos/as jóvenes?

Hace 25 años creía que sería la única que me iría a vivir al campo, me sentía sola. Ahora no es lo mismo,
muchos jóvenes piensan lo mismo que yo entonces: lo maravillosa que puede ser esta vida en el campo. Me gusta mi vida y estoy muy feliz de mi elección. No es fácil, pero les puedo decir que es buena idea, y que seguiré luchando por el acceso a la tierra para todo aquel que quiera ser agricultor y por la defensa de la naturaleza. Es posible.