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Entrevista a Gregorio Ballesteros

“La agricultura ecológica es la que domina la agricultura urbana. Es lógico: nadie quiere envenenar lo que se va a comer"

Entrevista publicada en la Ae16


Gea21
Gregorio Ballesteros
 Sociólogo y Diplomado en Economía. Su actividad profesional ha girado en torno a la realización de estudios relacionados con la ordenación del territorio, la gestión de proyectos de agricultura urbana y la consultoría ambiental. Desde 1988 hasta 1994 trabajó en la promoción, desarrollo y gestión de la primera actuación de Huertos de Ocio llevada a cabo por la Comunidad de Madrid. Como consultor de Gea21 ha intervenido en diversos proyectos relacionados con el metabolismo urbano como el “Plan de Gestión de la Demanda de Agua de Alicante”, el “Plan Integral de Ahorro de Agua de Vitoria-Gasteiz” o el “Estudio del Metabolismo Urbano de Toledo”. También ha participado en la elaboración de programas como las Agendas 21 Locales y en sus correspondientes procesos de participación. Es también socio fundador de SEAE.



GREGORIO BALLESTEROS

¿Cómo y por qué empezó su relación con la agricultura urbana?

Empecé en 1983. La Consejería de Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid encargó un trabajo sobre las posibilidades de desarrollo de la agricultura periurbana (APU) en el área metropolitana de Madrid. En la tarea, dirigida por Mario Gaviria, un histórico del movimiento ecologista, también trabajaron Antonio Baigorri y Elena Domingo. Recorrimos toda el área metropolitana madrileña y encontramos pequeños huertos urbanos. Eran huertos ilegales, nosotros les llamábamos en precario, porque mayoritariamente eran ocupaciones de suelo público. Censamos más de 1500 huertos. Seguimos investigando y dimos con un estudio realizado unos meses antes en Barcelona donde figuraba que se habían logrado censar 8 mil huertos. Empezamos a informarnos de todo el movimiento de agricultura urbana (AU) en Europa e hicimos un estudio donde se evidenciaba que una de las posibilidades para desarrollar esta agricultura era desarrollar los huertos urbanos. Eso se concretó en la primera actuación de Huertos de Ocio.

¿Qué resaltaría de esos años en los que participó en el desarrollo de la primera actuación de Huertos de Ocio en la Comunidad de Madrid?

A raíz del primer estudio nos surgieron otros trabajos y estábamos convencidos de que la AU se iba a desarrollar en Madrid. También apareció el movimiento del Parque Miraflores de Sevilla; en 1987, el Plan General de Urbanismo de Madrid planificó siete zonas de huertos urbanos… Resaltaría la ilusión con la que vivimos la aparición de la AU en España.

Según la FAO, la AU produce el 30% de los alimentos que se consumen en las ciudades y cerca de 800 millones de personas participan en actividades relacionados con esta agricultura. ¿Qué reflexión le merecen los datos?

Son datos muy contundentes pero hay que diferenciar lo que ocurre en los países “enriquecidos” (los nuestros) y lo que pasa en los “empobrecidos” (el llamado Tercer Mundo). En estos últimos se produce una parte muy importante de esos alimentos urbanos. En estos países el gasto en alimentación es muy elevado, supone el 80% de los ingresos de una familia, y por eso la obtención de alimentos se convierte en una actividad prioritaria. También hay que destacar el importante desarrollo que la AU está alcanzando en regiones no tan empobrecidas de Latinoamérica, África o Asia. La cifra es lo suficientemente importante para que la AU sea considerada seriamente como una actividad que puede contribuir de forma significativa a la soberanía alimentaria de las ciudades.

Centrándonos en España, ¿podemos fechar el nacimiento de la AU en los años 80?

En España, al igual que en otros países, la AU nace y se desarrolla hace miles de años junto a los primeros asentamientos humanos que con el tiempo dieron lugar al nacimiento de las ciudades. Los huertos urbanos que hoy conocemos como integrantes de la AU, surgen de esos huertos ilegales o en precario de los que hablaba. Huertos, que tanto en Madrid como en Barcelona, son puestos en marcha por sectores de población que habían emigrado de las zonas rurales a las grandes ciudades en los años 50-60, y que a finales de los años 70, como consecuencia del fuerte crecimiento del paro y que gracias a sus conocimientos agronómicos se lanzaron a ocupar terrenos y a cultivar para mejorar sus precarias economías. La AU y PU fundamentalmente en su tipología de huertos urbanos regulados o de carácter legal, nace a finales de los años 80 con actuaciones como los Huertos de Ocio del Caserío de Henares o los del Parque de Miraflores de Sevilla. Huertos que poco a poco se fueron extendiendo a otras ciudades hasta mediados de los años 90.

¿Por qué se truncó ese crecimiento?

Porque el país entró en esa brutal dinámica de crecimiento sin sentido, de la burbuja inmobiliaria, que nos ha llevado a la situación actual. La preocupación no era la AU sino construir, calificar y artificializar el suelo… A pesar de todo, se desarrollaron pequeñas actuaciones en sitios simbólicos por sus preocupaciones ambientales como Vitoria-Gasteiz, pero los poderes públicos consideraban estas cosas como algo propio del subdesarrollo.

¿La AU ecológica también tiene su origen en los años 80?

Sí. En las normas que se publicaron en su día en la Comunidad de Madrid ya se exigía practicar agricultura ecológica (AE). De hecho, nosotros en Madrid teníamos un técnico que formaba y asesoraba en AE. En los años 80, el desarrollo de España era escaso. No había mucha facilidad para conseguir productos para la AE, y existía una única tienda para facilitar que los hortelanos aficionados pudieran practicarla.
En los huertos ilegales o en precario era diferente porque ahí, había gente de todo tipo: algunos no usaban productos químicos de síntesis pero como no estaba regulado no era posible decir si la AE era mayoritaria o no. Pero, desde luego, cuando se empieza a desarrollar la AU regulada, ahí claramente es ecológica. Además, es lógico que sea ecológica: la inmensa mayoría de la agricultura urbana es para el autoconsumo y nadie quiere envenenar los alimentos que se va a comer. La AE, tal y como se recoge en la mayoría de las ordenanzas reguladoras y reglamentos de los huertos urbanos es el método de cultivo permitido en España.

Recientemente ha realizado un sondeo sobre el estado actual de la AE UyPU en el estado español. ¿Cuál ha sido el resultado?

El sondeo muestra un crecimiento de las actuaciones de huertos urbanos en los últimos años, pasando de 9 zonas con algo más de 1.000 huertos en el año 2000 a más de 400 zonas y 15.000 huertos en la actualidad. La metodología que hemos utilizado infravalora la situación actual porque no recoge la totalidad de las actuaciones, pero aún así, las cifras son muy significativas sobre todo porque ese crecimiento no se ha parado y cada día es fácil ver que un nuevo ayuntamiento se ha sumado al desarrollo de huertos urbanos.

¿Qué más datos destacaría de ese sondeo?

La variada tipología de los huertos y su amplia funcionalidad.
Por ejemplo, hay un crecimiento muy importante de los huertos escolares. Es fundamental que a los niños desde pequeños se les enseñe la utilidad de la agricultura. También es relevante cómo han crecido los huertos comunitarios por el importante papel que tienen de impulsar el trabajo colectivo. También se han desarrollado numerosos huertos “sociales”, destinados a sectores de población parada, jubilada o en riesgo de exclusión, huertos con fines de ocio, empleo y terapéuticos y huertos desarrollados por iniciátivas privadas.

¿Qué es lo más importante del crecimiento de la cantidad de huertos urbanos?

Lo principal es destacar que el movimiento que impulsa los huertos urbanos ha pasado de ser algo testimonial a convertirse en un movimiento en claro crecimiento, que tiene mucho dinamismo y una alta funcionalidad. Es a partir de los años 2006-2007 cuando los huertos urbanos empiezan a tener una dimensión importante en nuestro país, aunque nos encontramos lejos de alcanzar las cifras de otros países de nuestro entorno.

¿A qué atribuye el crecimiento de los huertos urbanos en los últimos años?

La crisis económica-financiera que está viviendo el país ha impulsado este crecimiento pero ésta no es la única razón. A diferencia de lo que comentábamos antes del crecimiento en los países empobrecidos, en España (como en el resto de Europa) ese aumento se debe también a la necesidad que tiene la gente de cambiar el actual modelo alimentario basado en la agroindustria y en las grandes superficies por productos de cercanía, ecológicos… La preocupación por la degradación del medio ambiente de las ciudades (los vacíos que hay, lugares abandonados llenos de escombros, de vegetación silvestre, o la contaminación…) también favorece el crecimiento de los huertos urbanos en España.

Este crecimiento, ¿es equiparable al producido en otros países europeos?

No. Otros países europeos ya tenían huertos desde hace más de cien años. Alemania tiene más de un millón de huertos, Inglaterra, varias decenas de miles… Además, no están padeciendo la crisis tanto como nosotros. Los datos que tenemos de Europa es que los huertos crecen y decrecen según las situaciones de crisis económicas o bélicas. En la actualidad registran un crecimiento mucho menor que en España o Latinoamérica. Por otra parte, en Grecia o Portugal países donde la crisis económica ha tenido mayor impacto, está ocurriendo como en España porque no había un desarrollo de la AU.

¿Cree que ese crecimiento es un fenómeno que se va a mantener? ¿Por qué?

Es un movimiento que ahora mismo es difícil decir hasta adónde va a llegar. Tenemos un factor limitante para un gran desarrollo de los huertos urbanos que es el tema del agua pero el dinamismo y la cantidad de gente implicada (tanto a nivel individual como colectivo) es muy grande. Es un movimiento claramente en auge.
La mayoría de las ciudades y municipios que han puesto en marcha actuaciones de AE UyPU han elaborado unas ordenanzas reguladoras o normas de funcionamiento.

¿Incluyen la obligación de que su práctica sea en AE?

Según el conocimiento que yo tengo, la inmensa mayoría de los huertos urbanos en sus normativas de funcionamiento exige que sea AE la que se lleva a cabo. Incluso llegan a especificar cuáles son los criterios que rigen la AE, qué productos puedes utilizar y cuáles no.

¿Cuáles son los beneficios de practicar la AE UyPU?

Dejando al margen lo que hemos hablado antes de los países empobrecidos donde el coste en la alimentación se lleva prácticamente todos los recursos económicos y donde el beneficio principal es obtener alimentos que les permitan comer, los beneficios son múltiples. Entre los beneficios ambientales están la contribución a reducir el cambio climático mediante el menor uso de energía fósil, la contribución a reducir la huella ecológica de las ciudades o la mejor imagen que logra en los espacios vacíos de las ciudades mediante la implantación de huertos urbanos. Un ejemplo claro está en Barcelona con el “Plan Buits”, que ha sacado a concurso 19 solares vacíos para que asociaciones sin ánimo de lucro presentaran proyectos. Han aceptado 15 y de esos, 9 son de AU. También están los beneficios sociales que permiten aliviar la pobreza, favorecer la integración social o potenciar las relaciones comunitarias.

En la ponencia que dio en el II Congreso de AE U y PU en Utrera (Sevilla), destacó la escasa implicación de las diferentes administraciones españolas en el reconocimiento de este fenómeno. ¿Por qué cree que ocurre esto?

Seguimos arrastrando las políticas de expansión de la ciudad de los años 90, que comentábamos antes, de un espacio para coches y viviendas en detrimento de los espacios agrícolas perirubanos. Hasta ahora, la implicación ha sido prácticamente nula. Un ejemplo es el Parque de Miraflores que costó casi cinco años que lo legalizaran. A los políticos les cuesta cambiar el chip, pero poco a poco se van implicando más. Sobre todo a nivel local. La mayoría de ayuntamientos no tiene prácticamente recursos económicos para desarrollar ningún tipo de inversión y los huertos urbanos son una oportunidad: son actuaciones que con muy poco dinero se pueden desarrollar, que pueden ser utilizados por amplios sectores de la población y que atienden necesidades sociales básicas, que en periodo de crisis como el actual es importante (en nuestro país hay 700 mil familias sin ningún tipo de recurso).

Ha participado en los dos Congresos Estatales de AE UyPU organizados por SEAE, el primero en Elche (Alicante) y el último celebrado el pasado mes de marzo en Utrera. ¿Cuáles son para usted las principales conclusiones?

El considerable incremento del interés por la AU de numerosos sectores de población. La consolidación de un movimiento a favor de la AU que se está desarrollando por todo el país y coordinándose mediante la creación de redes locales o regionales. Si en el primer Congreso, vimos que había mucha gente ilusionada con numerosas ideas e iniciativas para desarrollar en diferentes tipos de AU, en este segundo se ha confirmado el interés tanto por la cantidad de gente (más de un centenar de personas) que ha participado, como por la variedad de los proyectos y experiencias que en los últimos años se han puesto en marcha. Además, hemos podido conocer las principales dimensiones y características de los huertos urbanos en España.

¿Cómo cree que se desarrollarán las ciudades del futuro? ¿Incorporarán la AUyPU?

El sistema alimentario agroindustrial tiene un grave problema: la fuerte dependencia del petróleo. Lo que unido al hecho de haberse alcanzado el denominado “pico del petróleo”, dificultará progresivamente el uso de combustibles fósiles. Por eso, la AUyPU, que utiliza muchos menos recursos fósiles, tiene un buen futuro. Lo vimos claramente en Cuba: se acabó el petróleo que les suministraba la Unión Soviética y empezaron a practicar la AE y de cercanía. Eso nos irá pasando en la mayoría de los países a medida que el declive del petróleo se vaya notando porque no vamos a poder seguir trayendo garbanzos de México, ajos de China… El futuro de la AE UyPU es claro a medio plazo. A corto plazo, la dinámica que tenemos va a hacer que esta agricultura crezca pero a medio plazo la AUyPU va a ser una de las fuentes básicas de recursos alimentarios de la ciudad.

¿Qué medidas cree que se deberían tomar para impulsar la AE UyPU?

En los planes de urbanismo, de ordenación territorial de las ciudades, debería incluirse espacios para actividades de AUyP. Además, esos planes deben tener en cuenta la problemática del agua y promover medidas en las edificaciones que favorezcan su reutilización como la doble red de saneamiento: recogida de aguas negras por un lado y de grises por otro. Esto permitiría que con un mínimo tratamiento éstas pudieran ser reutilizadas. Así mismo, deben empezar a contemplar medidas de recogida de agua de lluvia para regar estas zonas de huertos sin afectar el suministro de la red básica.

Para finalizar, ¿qué consejo daría a l@s lector@s de la RevistaAe, much@s de ell@s implicad@s en la AE UyPU?

Que sigan apoyando el movimiento a favor de un mayor desarrollo de la AE UyPU. Que tengan en cuenta las diferentes funciones y beneficios que ésta reporta. Que apoyen la creación de huertos en los colegios. Que impulsen iniciativas para desarrollar espacios vacíos que ha dejado la burbuja inmobiliaria: terrenos vacíos pero urbanizados, dotados de agua, luz y con accesos. Un ejemplo es Sociopolis en Valencia: un territorio que antes era huerta, donde estaba previsto construir 2800 viviendas, que se han quedado en 400 y la mitad sin ocupar y donde gran parte del terreno urbanizado se está utilizando para hacer huertos urbanos. Invito a que busquen espacios degradados, en su barrio o ciudad, que se puedan recuperar y que propongan a las administraciones la cesión de estos espacios urbanizados para desarrollar actividades de AE UyP.

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