Diana Sánchez y David Jiménez
Cieza (Murcia)
Publicado en la Revista Ae14
Diana y David con su hija |
Ella había trabajado en el campo 13 años (recolectando, limpiando hierbas…). No es algo que le viniera de nuevo. “Mi marido me comentó que su madre llevaba en la actividad unos 30 años, 15 de ellos en AE, y que sería interesante que al retirarse ella, por edad, ver si podíamos llevar su parcelas e incluir algunas más para hacer rentable la actividad”, apunta Diana, quien sin dudarlo aceptó esta opción y se puso al frente de las 4 ha de frutales ecológicos.
También tienen algo de hortalizas, pero solo para consumo propio.
Comentan que han de solucionar el tema de la comercialización. Parte de la cosecha la distribuyen en venta directa y otra por cooperativa. “La idea es hacer más venta directa, porque el resto es una ruina. Sinceramente, si hoy por hoy tuviéramos que venderlo todo a la cooperativa, por los precios de venta que se manejan, sería más rentable venderlo en convencional que en ecológico. O la cooperativa no está bien organizada, no lo sé”, reflexiona David.
Explican que el problema de la venta directa es que conlleva mucho tiempo y que además se ha de tener una gama muy alta de productos, de los más tempranos a los más tardíos. “El problema es coordinar el transporte, porque igual tienes venta en muchos sitios pero pedidos pequeños… Puede que la solución sea agruparse entre agricultores. Ahora estamos en una asociación de agricultores ecológicos (Hueco Lógico); la formamos los cinco locos que estamos en esto (se ríe) para intentar entre otras cosas, mejorar la comercialización. De momento, hacemos promoción de lo que es la agricultura ecológica”, relata David.
Mientras que David es Ingeniero Agrónomo, Diana se formó mediante cursos de AE. “Considero que la incorporación no debe de hacerse a la aventura, pues conlleva numerosas inversiones y la amortización es a largo plazo”, afirma. Se siente afortunada por tener el apoyo técnico y la información necesaria “puesto que el trámite burocrático a la hora de incorporase es bastante complejo. Tengo bonificada la cuota de seguridad social alrededor de un 30% y he solicitado una ayuda a la Consejería de agricultura para incorporar maquinaria; espero que me ayuden en torno al 50 % para la compra de un tractor”.
“Eso es otro tema”, apostilla David, y prosigue “pero te puedo decir que económicamente es más viable producir ecológico que convencional, con el sistema de producción que tenemos nosotros, que son cultivos tradicionales. Ya que nuestra carrera por defecto nos ha llevado a hacer gestión de números, te digo que he comprobado que es más rentable. Es tema de manejo fundamentalmente. La relación coste-producción/ kilo en cultivos como los nuestros es menor que en convencional. Hago ecológico porque estoy convencido desde un primer momento y porque es más rentable”.
Comentan que el futuro está tomando los mismos pasos que la agricultura convencional: grandes cadenas que se están quedando con la distribución. Por eso, apuestan por una vuelta al sistema de comercialización que existía en España antes, a la pequeña tienda, a la cercanía… evitando intermediarios. “Si no, estamos perdidos porque esto se queda en manos de cuatro. Si una cadena grande maneja estos productos, los va a traer de donde sea más barato sin importar las condiciones laborales de los trabajadores ni nada. Por el hecho de que esté en un supermercado tampoco hay más gente que consuma ecológico, el porcentaje alto de consumo ecológico se da en el comercio de cercanía, asociaciones, pequeñas tiendas, etc”, aseguran, y lo hacen con el convencimiento de quien cree en lo que hace.
Para ellos, no hay duda: la agricultura ecológica es su presente y su futuro: “Vemos la agricultura
ecológica como una forma de vida: nos aporta la satisfacción de hacer las cosas bien para nuestro entorno, para los consumidores y para el futuro de nuestra familia”.
Por ello, animan a todas las personas que se quieren iniciar en la agricultura y/o ganadería
ecológica: .“Siempre hay una primera vez y existen muchas trabas desde un principio, pero el hecho de ver nuestra tierra y nuestros frutos compensa todo el trabajo y esfuerzo realizado. Este es un mundo en el que se discrimina a la gente por su apariencia pero nosotros somos partidarios de dejar de encuadrar a los agricultores ecológicos, debemos de mostrar a la sociedad que no somos personas de otro mundo, que somos como ellos, que pensamos que podemos hacer las cosas bien para preservar nuestro entorno. No hagamos de esto algo exclusivo, debemos conseguir sistemas razonables para la producción y el consumidor que permita que todos en general ganemos. Las personas, la sociedad y sobre todo nuestro entorno”.
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