Francisca Muñoz
Ossa de Montiel (Albacete)
Publicado en la Revista Ae15Francisca Muñoz |
Cursó ADE y estuvo trabajando en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera hasta el 2004 que es cuando se incorporó a la empresa familiar, Peñarrubia del Alto Guadiana, una finca de casi 300 ha y donde está todo en producción ecológica desde 1999. Tanto ella y su padre se formaron en agricultura ecológica.
En la actualidad, siguen haciendo plantas silvestres (romero, tomillo, mejorana, manzanilla silvestre) pero lo que más tienen es lavandín. “Además de las aromáticas hacemos también pimiento para elaborar pimentón, tenemos viñas y cereales. Hacemos rotación de cultivos.”
Comenta que empezaron la conversión al ecológico porque “al estar en el sector de las plantas aromáticas, este mercado pide que los productos vayan sin contaminación alguna. A mi padre los clientes le exigían una certificación que garantizara que fueran productos limpios y por eso empezó e invertimos en la transformación. La clientela es distinta pero más o menos la misma cantidad que en convencional. Antes se trabajaba más a lo bruto, ahora menos quilos pero más calidad. El precio es superior pero estamos llegando a clientes que exigen mayor calidad tanto dentro como fuera de España. Toda nuestra producción va a empresas de farmacia, herboristerías… y reclaman que la planta sea pura y no tenga ningún tipo de contaminación. La mayor parte de la producción es a granel. Las esencias van a perfumería y lo que es la planta seca sobre todo va a herboristería, a industrias extractoras y alimentarias”.
Ademas, reconoce Francisca que el trabajar en ecológico les ha abierto puertas: “Hacemos plantas aromáticas, medicinales y condimentarias. Y dentro de las condimentarias está el pimentón a lo que dedicamos unas 20ha. Si no fuera en ecológico no tendríamos cabida en el mercado porque hay otras zonas en España que producen más cantidad y a menor coste. Durante dos años estuvimos solo cultivándolo, luego vimos la necesidad de secarlo nosotros para controlar toda la cadena productiva y ya se comercializa el pimiento seco.”
Son pioneros en cultivo ecológico en su zona y, por ello, comenta que al principio les costaba decir que eramos productores ecologicos. “Aquí tenemos un problema de nitratos en los terrenos, los acuíferos los tenemos contaminados por nitratos y nitritos por un exceso de abono cuando por esta zona la tierra es muy pobre y por mucho que se le eche, drena mucho. Los agricultores piensan que cuanto más se le ponga de abono y de productos mayor va a ser su rendimiento a pesar de que año tras año están viendo que no es así. Es uno de los motivos por los que se necesita una asistencia técnica para hacer ver a los agricultores lo sencillo que es la agricultura lógica.”
Quien sí reconoce su labor son la Asociación Valor Ecológico y la familia Nuñez de Prado. El pasado noviembre le hicieron entrega del premio Nuñez de Prado, en la modalidad de Defensa en Producción Ecológica: “Fue un honor recibirlo aunque mi padre decía ‘fíjate hemos de venir a Andalucía para que nos reconozcan el trabajo que hacemos en Albacete’. Creo que nos lo han dado porque saben que estamos convencidos, que no lo hacemos por las ayudas, si no porque siempre hemos hecho una agricultura lógica.”
Para Francisca, el sector de las PAM ecológicas necesita industrialización, apoyo y asistencia técnica por parte de las administraciones públicas. “Haría falta que todos los productores estuviéramos asociados, en lo que son las plantaciones crear biotipos o cultivos homogéneos, asesoramiento, lugar para hacer análisis...”
Ella forma parte de la Asociación Nacional Interprofesional de Productores de Plantas Aromáticas y Medicinales – ANIPAM – pero reconoce que no está funcionando: “En el INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria) han desmantelado la parte de las PAM, algo que reactivará. Para el funcionamiento de la Asociación, es necesario personal profesional y cualificado, ya que la mayoría de los socios somos productores y no podemos dedicarle el tiempo que requiere”.
A pesar de todo ello, ve el futuro con optimismo por el gran interés que hay por el cultivo de las PAM: “El mercado está necesitado de plantas porque hay más demanda que oferta y se están trayendo especies vegetales de otros países pero viene poco homogéneas, con dudosa calidad, y con condiciones sanitarias o higiénicas que dejan bastante que desear. Creo que es una interesante alternativa para numerosas regiones de España. Es una actividad económica, rentable y con futuro”.
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