“De pequeños nos transmitieron la parte positiva de trabajar en el campo. No es una empresa al uso, es familiar: cuando hace falta echa una mano el que sea, un primo, un amigo…”
Josu Gironés
Etxauri (Navarra)
Publicado en la Revista Ae17
Josu Gironés |
Cuando alguien le pregunta cómo es que han querido seguir con un trabajo tan esclavo, tiene clara la respuesta: “Creo que depende de cómo te hayan educado. Cuando éramos unos enanos, en vez de transmitirnos la parte negativa (vives para el trabajo, no hay fiestas…) se centraron en la positiva (estás en la naturaleza, haces lo que quieres (dentro de lo que cabe), te organizas tú... Yo trabajaré más que ninguno pero lo hago haciendo algo que me gusta: en el campo, disfrutando… Es una maravilla”.
Aunque tanto él como su hermano han hecho algún curso de agricultura ecológica a través del CPAEN y, en su caso, ha estudiado marketing para enfocarlo a las ventas de la finca, su conocimiento se basa en el día a día. En lo que aprenden y en lo que les han trasmitido. Cuentan con cerca de mil hectáreas en la Finca Sarbil donde el ganado, con libertad de movimiento, pastorea todo el año. “Tenemos unas 500 cabezas, además de caballos y cabras. Creemos en las razas autóctonas. Todo lo que tenemos es de aquí: en vacuno, la pirenáica; en caballo, la jaca navarra; la cabra no es de una raza específica pero sí de una genética que lleva 25 años en nuestra finca”. Además, cuentan con campos en los siembran avena, trigo, forraje…
La conversión a ecológico llegó en 2005, pero lo único que tuvieron que cambiar fue que el cereal que compraban fuera todo ecológico. “Es la agricultura tradicional. Siempre habíamos apostado por eso y teníamos animales con una genética rústica, que aguanta.”
Josu afirma que trabajar en ecológico sólo aporta beneficios, para la propia salud (“cada vez que veo a la gente echar productos a los campos, pienso que se está envenenando a sí mismo”) y a nivel general: “Si dejas a la naturaleza seguir su ciclo de toda la vida no hace falta nada más. ¿Para qué voy a gastar un dinero en cargarme la tierra, los animales… si realmente no hace falta nada?. El que va contra la naturaleza, antes o después, lo paga”.
Relata que poco a poco van dando pasos por el camino en el que creen: “Primero con la selección de crías; luego incorporando el agua de la nieve que se almacena en las dos balsas en las que se deriva el abastecimiento al ganado en abrevaderos; después la comercialización (la mayoría por venta directa, mediante la entrega de lotes a domicilio y también en algunas tiendas)... Hemos hecho mucho esfuerzo para que todo el ciclo de alimentación sea nuestro (no comprar cereal o muy poquito).”
Josu comenta que hace más de tres años que no han cobrado ninguna subvención de ecológico, que lo hacen porque creen en ello: “Hay que controlar a quién se da subvenciones, que sea gente que tiene una trayectoria, con un producto serio, y no aquél que en función de la subvención cultiva una u otra cosa. Luego algunos cuando se quieren pasar a ecológico ven que, como se han cargado la tierra con tanto químico, necesitan muchos años para empezar a tener beneficios y, por eso, a no ser que tengan un caso cercano de algún familiar que ha enfermado por los químicos, no se deciden a hacer la conversión.”
Para él, el principal apoyo que necesita el sector es tener mandatarios que conozcan cuál es la problemática real del que suda para ganarse el jornal: “Manda gente que no sabe ni el ciclo del trigo, y así es complicado que tomen decisiones correctas. En el resto de Europa se apoya mucho el ecológico pero aquí, siendo los que más producimos, parece que los que nos dedicamos a ellos seamos gente rara.”
Josu está convencido de que lo ecológico tiene mucho futuro siempre que se hagan las cosas bien: “He probado comida ecológica, incluso en conferencias sobre ecológico, que no sabía a nada. No vale con que lleve la etiqueta de ecológico. Es contraproducente para el sector. Tanto eso como algunos precios excesivos. La gente no es tonta.”
Por eso, apela a que l@s lector@s, especialmente l@s más jóvenes, entren en el negocio con ilusión y nuevas ideas para dinamizar el sector: “Nadie regala nada. Hay que meterse porque crees en ello y te gusta, no por subvenciones. Mi mensaje es que si están concienciados, vamos para adelante, pero si no, no.”
Comentarios
Publicar un comentario