“Nos dedicamos a la ganadería ecológica con dignidad y orgullo. Trabajar en el campo no es de segunda categoría”
Juan Blanco
Ganadero ecológico, Siero (Asturias)
Publicado en la Revista Ae17Juan, como su hermano, se crió en el campo. Ahora están al frente de “Casería La Madera” (www.caserialamadera.es) donde junto a una prima, la mujer de Juan y una persona contratada, se dedican a la ganadería ecológica y a la transformación de productos lácteos ecológicos (natillas, yogures y arroz con leche). “En transformación soy segunda generación pero en producción primaria viene de siempre. Mi familia paterna y materna tenía ganadería de subsistencia. Mi abuelo paterno empezó a tener leche en plan intensivo en los años 70. Mi padre se formó como Ingeniero T Agrícola, hizo la explotación más moderna y se inició en el comercio de leche.”
La familia posee 16 vacas de raza frisona, que producen unos 90 mil litros de leche al año, y cuenta con 24 ha de pradera: “El hándicap es que tenemos 42 parcelas (Asturias y el minifundio). La gestión es de locos porque tenemos pocas parcelas que superen la hectárea”.
En los años 80 decidieron darle un valor añadido a su producción: “A raíz de la entrada en la Comunidad Económica Europea, la implantación de cuotas y todos los problemas que hubo (huelgas, tirar leche…), vimos que la opción era transformar la leche en arroz con leche y venderlo en el mercado local.”
En 1999 llegó la conversión a ecológico y en el 2001 empezaron a vender yogurt ecológico. “Con el arroz con leche tardamos un poco más porque no había arroz. Probamos variedades y entramos en contacto con SEO/BirdLife Riet Vell que producen arroz ecológico en el Delta del Ebro”. Lo hicieron para continuar añadiendo valor al producto pero también porque vieron que produciendo de forma intensiva “se forzaba mucho a las vacas y se pasaban mucho tiempo enfermas (eso conlleva mucho gasto en veterinaria)”.
Relata que la conversión fue sencilla: “Tuvimos suerte de poder asesorarnos con un veterinario que estaba formándose en ecológico”. Su hermano es Licenciado en Biología y su mujer y él, en Geología: “Sobre medio ambiente, ciclos vitales… aprendimos en la facultad. Luego es el día a día y la ayuda que nos da el veterinario”. Tarea ardua fue encontrar pienso ecológico: “Nos tocó traer cereal a granel de Castilla y molerlo para hacer pienso.”
Juan asegura que trabajar en ecológico es mucho más rentable y señala como principal obstáculo la burocracia. “El Consejo Regulador que hay aquí está poco cualificado y ayuda poco”.
Ello y la falta de regulación del territorio dificultan una vuelta al campo por parte de los jóvenes: “Faltan infraestructuras, tener la superficie para poder trabajar en ello. Nadie ordena el territorio para producir. La política agraria tiene que ser eso. Decir: aquí no se va a construir ni casas, ni polígonos industriales, ni gasolineras… sino que habrá una ganadería, allá manzanas para sidra… Darle un uso agrícola y no especular.”
A la hora de distribuir, asegura que si se limitasen a los canales cortos no podrían vender todo lo que producen. Apuestan por las grandes superficies: “Hace 20 años vendíamos en más de 100 pequeñas tiendas que hoy la mayoría han cerrado. Si voy a una feria no estoy transformando y tengo que ordeñar el ganado. En cambio, si el consumidor va a las medianas-grandes superficies por qué no va a poder comprar ecológico allí. Además, hay un poco de demagogia al respecto de que si eres ecológico tienes que limitarte a los canales cortos. Tampoco es más ecológico: con una pequeña furgoneta, de tienda en tienda haces una gran huella ecológica. Yo encantado de vender en canal corto. Pero vender, no hacer el chiste”.
Con la crisis han visto descender las ventas pero ahora aprecian un repunte. En ese sentido, es optimista. No tanto, sobre el abastecimiento de leche: “Las ganaderías en Asturias cerrarán con la liberalización del mercado. La burocracia dificulta la compra de leche. Lactalis Ibérica, la que compra la leche ecológica en Asturias, adquiere dos millones de litros de leche; necesitaba
uno más y no lo ha encontrado. En cambio, comprársela a Central Lechera Asturiana es muy fácil, pero no quieren saber nada de ecológico. Esto afecta a la calidad de la leche porque los parámetros no tienen nada que ver con conceptos organolépticos. Estará limpia, tendrá X porcentaje de grasas y de proteínas pero no es buena, no vale para hacer buenos productos”.
La familia tiene claro que se va a seguir dedicando a la ganadería ecológica “con dignidad y con orgullo porque parece que trabajar en el campo es de segunda categoría”.
Y anima a l@s lector@s de la Revista Ae a ello: “Es más sano y seguro. Te permite diferenciarte y, si lo haces bien y te gusta, serás más competitivo. Pero has de creer y saber lo que haces para no caer en trampas y picarescas. Esto es trabajar y hacerlo bien todos los días. No hay secretos”.
Comentarios
Publicar un comentario