Isabel Pacheco
Ganadera ecológica, Benaocaz (Cádiz)
Publicado en la Revista Ae19
Isabel Pacheco |
Los cuatro gestionan la cabra Payoya (unas 500 cabezas) , la oveja Merina autóctona (unas 100 cabezas) unas 200 cabezas de cerdos. “Al año haremos unos 10 mil quesos, que es la base de nuestro negocio. También vendemos embutidos y jamones”.
Ninguno alcanzó un nivel formativo más allá de la Educación Básica (ESO), aunque su marido ha hecho algunos cursos sobre los principios de la ganadería ecológica, el bienestar animal o uno sobre el maestro quesero. Pero, lo fundamental es la formación práctica que tanto él como su hermano aprendieron desde pequeños de sus padres. “Como mis hijos. El niño lo está mamando ya y dice que se quiere dedicar a ello”.
Fue en 2008 cuando se decidieron a apostar por lo ecológico para darle un valor añadido al producto: “Mis suegros y sus padres nunca han tenido los animales estabulados pero fuimos nosotros los que quisimos dar un paso más y convertirnos en ecológico. La razón fundamental es que queríamos ofrecer un extra más al producto porque la leche convencional se pagaba muy mal. Para ello, hicimos una gran inversión en infraestructuras: ordeñadoras, maquinaria, carriles…Intentar tener un nivel de vida mejor en el campo: estar más cómodos trabajando y tener también un poco más de ganado.”
Comenta Isabel que aunque todo en su finca es ecológico, el queso no lo pueden comercializar como tal por los costes que ello conlleva: “La leche con la que hacemos el queso es ecológica lo que pasa es que el queso final no lo tenemos con el sello correspondiente porque supone un gasto más al tener que certificar el proceso de elaboración del mismo, siendo la materia prima ecológica. Con la chacina (el conjunto de productos del cerdo ibérico puro embutidos), pasa lo mismo.Nuestro ganado es ecológico, están sueltos todo el día, pero no lleva el sello".
Para ella, el mayor inconveniente es el retraso en que la Junta de Andalucía te pague las ayudas a la producción ecológica; puede tardar dos o tres años en hacerlo. Eso y las dificultades a la hora de vender: “Hacen falta más ayudas económicas a la ganadería porque el pienso, la certificadora…todo es más caro. Pero sobre todo veo que falta ayuda a la hora de vender. Tú te preocupas de que, por ejemplo, el chivo sea ecológico pero a la hora de venderlo en vivo no tienes ayuda. Por ejemplo en Cádiz no hay un matadero ecológico. Todo eso influye mucho en el precio final".
Ellos acuden a un par de ferias para vender su producto y también lo distribuyen por algunas tiendas de la provincia pero el grueso mayor de la venta lo hacen en la propia quesería donde cuentan con una tienda. Ahí es donde con el contacto directo con los clientes, notan que su producto gusta: “Cuando un cliente te dice ‘qué buen queso he comido’ es la mayor satisfacción que puedes tener”.
Isabel es optimista respecto al futuro de la ganadería ecológica: “Cada vez la gente está más interesada en temas ecológicos. Lo notamos en nuestro día a día. La gente busca cosas artesanales. Mis clientes notan en seguida que es ecológico y artesano. Además se nota que el boca a boca funciona porque ya tenemos bastantes clientes que cuando llega noviembre nos buscan porque quieren el queso y la chacina”.
Con todo, Isabel afirma que la ganadería ecológica es rentable: “Te pagan el chivo y el cordero más caro. La leche también pero ya no la vendemos, desde hace cuatro años nos dedicamos a los quesos. Con el cerdo lo mismo, hacemos la matanza nosotros y vendemos la chacina”.
Los cuatro pueden vivir de ello, pero eso sí no conocen lo que son las vacaciones: “Tienes que trabajar muchísimo. Es de lunes a lunes. No puedes tener días libres con animales".
Por eso, el consejo que Isabel da a l@s lector@ de la Revista Ae que puedan estar pensando en hacer la conversión a ecológico es muy claro: “Lo que tienes que tener es ´dos pares´ de meterte y de decir ´esto lo saco yo´’. los primeros años cuestan mucho trabajo, como cualquier cosa, pero luego merece la pena".
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