"Nuestro concepto de vida es la ecología social y todo nuestro trabajo e inspiración gira entorno a este principio"
Esperanza Meléndez Marfil y Begoña Antequera Balaguer
Hort del Manyano, Almazora (Castellón)
Esperanza Meléndez y Begoña Antequera |
La finca Hort del Manyano de 1⁄2 ha, cuenta con certificaciónón ecológica del Comité de
Agricultura Ecológica de la C Valenciana (CAECV). Sus familias poseen más
tierras pero ellas quieren ir poco a poco porque “estamos aprendiendo el
oficio; cuando lo dominemos, por lo menos para poder salir de situaciones
complicadas, certificaremos más. Cultivamos variedades de cítricos como
naranjo Thomson, Washington Newhall, sanguina y clementinas variedad
Arrufatina. También producimos verduras y hortalizas”.
Son tierras en las que los familiares de Begoña nunca han
puesto químicos. De hecho el abuelo de Begoña, era el fumigador del pueblo y
consciente de lo tóxico y perjudicial que era, en su campo no puso nada de
esos productos.
Ellas desde el principio quisieron certificar “porque es
la única forma de demostrar que tu producto no contiene químicos y de que
se conozca todo el proceso desde la semilla ecológica hasta su venta. Damos
valor a nuestros productos y aportamos dignidad al trabajo del campo”.
Empezaron con una mesita de playa en un mercado creado para
la venta de producto local en Vilarreal. En el marco del proyecto del Pacte
Cerámic denominado Km 0 se asociaron con agricultor@s y empresas que
vendían sus productos en el plano local. Esperanza, presidenta de la asociación
dimitió porque “la gran mayoría vendían producto del mercado de abastos como
propio y local; era una competencia desleal crónica y permitida por las
autoridades bajo el falso pretexto de que “la gente tiene que comer”.
Hicieron un crowfunding con amistades y construyeron una
parada de mercado en Moncofar, Almazora, Benicasim y ahora, Castellón.
“Nuestro crecimiento se debe a las personas y por ello la Responsabilidad
Social Corporativa marca casi todas las decisiones que adoptamos. Nuestros
precios son justos y equitativos y responden a la necesidad que tiene la gente
de comer sano, con productos de calidad y con sabores que los transportan a su
infancia; eso asegura nuestra clientela”.
Vieron que era básico asociarse para crear una red de redes,
para aprender de otros. Lo hicieron a la SEAE y a La Unió de Llauradors i Ramaders. “Nuestro concepto de vida es
la ecología social. Pretendemos que el sector reconozca la situación en la
que estamos y que se introduzca el trabajo social dentro del sector agrícola
porque están directamente relacionados”.
Se presentaron a las elecciones del (CAECV) por La Unió y
Esperanza es vocal en el Pleno, porque “entre otras cosas hay que feminizar un
poco este sector masculinizado, y más en el regadío. Las mujeres pasamos de
ser rurales a ser agricultoras y en esa defensa estamos. Ser feminista, mujer y
lesbiana dentro este sector no es fácil”. Han participado en el proyecto
europeo “Sembrando Igualdad” (Fundación Isonomía-Universidad Jaume I (UJI) de
Castellón) para capacitar a las mujeres en áreas dentro de la agricultura y
crear espacios de interrelación “que nos permitan romper el techo de cristal y
erradicar la desigualad de género. Hay compañeros que piensan que como somos
iguales ante la ley no hay que tener ninguna deferencia, a lo que yo les
contesto que entonces tampoco habría de tenerse con lo ecológico frente a lo
convencional. Ahí ya se callan. Hace falta ayudas para estar en igualdad, en
todos los ámbitos”, cuenta Esperanza.
A l@s lector@s de la Revista Ae Esperanza les dice que no
sueñen con beneficios rápidos. Que primero se formen. “Esto es una carrera de
fondo no los 100 metros lisos donde llegas destrozado a la meta. Nuestro
objetivo es que algún día todo sea ecológico; estamos enamoradas de nuestro trabajo".
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