Artículo publicado en ECOMMUNIA
Y después de la teta, ¿qué?
Cada vez son más los padres que quieren que los primeros alimentos que ingieran sus pequeños sean ecológicos. Prueba de ello es la variedad de marcas de papillas ecológicas que se venden tanto en herbolarios como en grandes supermercados.
Auge de los potitos ecológicos. El ejemplo de Smileat
Una de estas marcas es Smileat. Javier Quintana y sus dos socios, Rocío de la Iglesia y Alberto Jiménez, abandonaron sus trabajos en el extranjero para emprender en España.
“Nos dimos cuenta de que aquí no existía una marca consolidada de alimentación infantil ecológica y artesanal. Pensamos que era una buena idea dejarlo todo y apostar por ello”.
Quintana explica a ECOMMUNIA que ellos compran la materia prima a diferentes agricultores y ganaderos ecológicos españoles.“Una vez que introducimos el puré en el tarrito se esteriliza y de esa manera conseguimos que el producto dure entre 18 y 20 meses”, afirma Quintana.
La importancia de una alimentación complementaria ecológica
Tanto UNICEF, como la OMS, y la AEP recomiendan que durante los primeros 6 meses de vida, los bebés solo tomen leche, y a poder ser leche materna. A partir de entonces se introduce la alimentación complementaria.
Javier Quintana asegura que aunque hoy en día se consumen más productos ecológicos, “muchos padres no son conscientes de todos los componentes químicos que tiene la comida envasada que le están dando a sus hijos. Suele estar hecha a base de zumos concentrados, almidones, azúcares añadidos, sales, espesantes... Todos éstos son componentes perjudiciales para el bebé”.
“Que el producto sea ecológico impide que el bebé tome luego estos componentes químicos. Con los animales ecológicos evitamos que el bebé coma los antibióticos que ha ingerido anteriormente el animal”, concluye Quintana.
Comida ecológica para bebés: por qué comprar papillas ecológicas
Las ventajas de consumir potitos ecológicos, como apunta Oxfam Intermón son:
- Comodidad.
- Aportan vitalidad y energía.
- No llevan conservantes, aditivos, espesantes, azúcares o sales.
- Disminuyen los riesgos de alergias alimentarias.
El principal motivo para comprar papillas ecológicas es la salud. Carlos de Prada, presidente de FODESAM escribe en la Revista Ae que "hay estudios que asocian la exposición prenatal a organofosforados con desórdenes del desarrollo y retrasos en el desarrollo mental cuando ésos niños tienen 2 o 3 años o la exposición infantil a pesticidas con problemas de conducta, mala memoria a corto plazo, peores habilidades motoras, y mayor lentitud de reacción. También una pequeña presencia de residuos de organofosforados en los niños, a través de la alimentación, ha sido asociada al trastorno de déficit de atención e hiperactividad. La alimentación ecológica, pues, debería ser una seria recomendación para las mujeres embarazadas y los niños”.
Fomento del consumo ecológico en los primeros meses de vida
Una apuesta por lo ecológico que se extiende a lo largo de la infancia, eligiendo guarderías y colegios con comedores ecológicos, pero que es necesario fomentar.
Desde Ecovalia exponen que "sólo el 2% de los purés infantiles que se consumen son ecológicos”. Aún así, “la alimentación infantil ecológica es una de las categorías alimentarias donde el porcentaje de consumo es más alto sobre el total. Los consumidores-padres no suelen poner limitaciones en la alimentación sana para sus hijos y por este motivo, la demanda en este sector está creciendo a un ritmo mucho más rápido que el resto de productos ecológicos”, concluyen desde Ecovalia.
Comentarios
Publicar un comentario